Capítulo II

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Sospechoso 😶

"Querido Diario, hoy...

No sé qué hago escribiendo esto, si ni siquiera tengo diario, debería tenerlo (?), mejor sería... Querido Libro, mi objetivo es terminarte de escribir... C:

Entre a casa y empecé a buscar mi celular, no lo encontré, andaba muy descuidada con mi teléfono, así que decidí conectarme en mi notebook, si la encontré estaba frente a mí, eso era bueno, pero no hay bien que por "mal" no venga, algo así era o ¿no?, ¡no tenía batería!, y mi trabajo era encontrar el cargador, supuse que estaría en la sala, y si estaba ahí, la conecte y me dirigí a la cocina para prepararme algo, el hambre me estaba acosando.

Al regresar a la sala, ya había cargado considerablemente y podía ingresar a las redes sociales... anoté mi contraseña y esperé a que cargara la página principal.
Él estaba conectado, le mande un mensaje y esperé a que me lo respondiera, pero recibí otro, era de Leonardo, aquella vez no debí haber dormido mucho, llegué tarde al dichoso evento y no lo vi, al menos no exactamente, ya que estaba de espaldas, por ello días después cuando salí de mi cafetería favorita tropecé con él, y me pareció haberlo visto antes, un joven encantador, dueño de un sedoso cabello castaño ligeramente alborotado y de unos envidiables ojos de mar; esos peculiares encuentros siguieron, me pidió mi número y mi perfil.
Aquella tarde acepté su solicitud de amistad y me gané un excelente amigo, hablabamos casi siempre, a veces decía cosas sin sentido, pues eramos nosotros mismos, así lo quería y él admitió que me quería a mí, tenía tres años y unos meses mas sobre los míos, era como mi hermano, es más mayor, y era una ventaja ya que siempre hacíamos lo que yo quería, por poco le salen caries al tomar tanto helado, y la culpa. Fue. Mía. Ups!

Lamentablemente. Nuestros días terminaron, al ser mayor tuvo que salir de la ciudad, fue muy triste, me sentía muy pequeña y eso era muy decepcionante. Estaba. Despidiendo. A. Mi. Amigote.
Se mantenía una buena distancia ya que estudiaba biología, algo que le iba muy bien por cierto, pero, lejos de mí, eso no era motivo para que le compartiera mis problemas y él los suyos... Sentía que podía contar con él, pero aún así ya no estaba siempre.
El mensaje de Leonardo decía:

Leo L. ❣ : Hola, ¡mi niña bonita! 😊

Me dejó perpleja, pues nunca me había hablado así, no me malinterpreten, me refiero a incluír el "mi".

>Holaa, Leonardo, ¿Cómo estás?

Leo L. ❣ : Bien Dhulce, ¿y tú?

> ¿Yo?, bien, ¿y tú?, ¿por qué me saludaste escribiendo: "mi niña bonita"?...

Solo me dejo en visto. En ese instante Pablo respondió a mi mensaje.

Pablo F.: Buenas Noches, Dhulce, ¡qué bien si te conectaste!

> ¡Si, pues! Y dime, ¿qué querías decirme?

Pablo F.: Ahh, si eso, mmm se me olvidó

> Ok, entiendo
_ le respondí de manera un poco molesta, imagine algo más por lo que paso en el compartir.

Pablo F.: Disculpa...

No le respondí, le dejé en visto, estaba ligeramente decepcionada.... Debo controlar-me

"Mi Pequeña, Miel" ❤Donde viven las historias. Descúbrelo ahora