Un Poquito De Tu Pasado {Stony}

El casco del Capitán América

Tenía dos meses que Tony había cumplido dos años. Acababan de salir de vacaciones y en ese momento, Steve estaba ayudando a Howard para cargar algunos materiales y herramientas pesadas

—Oye...— Howard llamó su atención —¿Y tu escudo? Dime, por favor, que no lo perdiste

Steve rió —No, claro que no

—Oh... Que bien, porque era una obra de arte— Steve volvió a reír. Había algunas veces en las que Howard preguntaba cosas como esas, sin contexto alguno, solía responder a la mayoría —Creo que tendré que hacerle un escudo a Tony, también

—¿Qué? No ¿Por qué?

Howard sonrió mientras ajustaba un nuevo tornillo —Tiene dos pies izquierdos el mocoso. A cada rato se cae y se da en la jeta

Steve rió —Bueno, si es así, ¿no estaría mejor que le hagas un casco?

—Tienes toda la razón. Deja eso por ahí— Howard señaló el sitio —Espero que se lo quiera poner, porque ay... como me pone de nervios que se caiga y suelte el llanto

—Es un niño, está creciendo y acostumbrándose a caminar

—Sí, pero no sabes lo difícil que es calmarlo cuando tú no estás, Rogers

—Pues trata de prestarle más atención

—No, no puedo, tengo mucho trabajo

—Howard...— Dijo al tiempo que dejaba caer unas piezas

—¡¿Qué?!

—Tienes que ser un padre responsable

—¡Lo soy! Le voy a hacer un casco

—No es suficiente

—¿Y tú qué vas a saber de es...

—¡Teve!— Se escuchó una voz infantil asomarse desde el umbral de la puerta

—¡Hey, ¿tu que haces aquí?!— Howard caminó con pasos fuertes hasta Tony, lo tomo del hombro y lo empujó un poco de regreso —No puedes estar aquí, mucho menos bajar estás escaleras. Te vas a caer, Anthony

—Teve...

—Ándale, vete por allá

—Howard— Se escucho la grave voz de Steve —Yo lo llevare

—Pero me estás ayudando

—Le diré a Jarvis que venga

—Pero está en la cocina con María

—Yo ayudaré a María— Steve tomo la muñeca de Tony —Vamos pequeño

Ambos caminaron escaleras arriba y en cuanto llegaron se toparon con Jarvis, quién buscaba ansioso a Tony

—¡Vis!

—Oh... Joven Tony, me dio un susto

—Está bien, Jarvis. Ya lo llevaba de regreso

—Si quiere me lo llevo yo, puede volver con el señor Stark

Era tan raro para Steve escuchar esas palabras —No, Howard me pidió que te dijera que bajarás, yo ayudaré a María

—Bueno, si ese es el caso, está bien

Jarvis bajo por las mismas escaleras, mientras Tony y Steve continuaban su camino. En cuanto llegaron a la cocina Steve se ofreció para ayudar a María

—¿Ma-ma, ahí?— Preguntaba Tony señalado uno de los contenedores de ensalada

—Sí, ahí déjalo, Tony