En la mira

2.4K 238 18
                                    

Soltó un risa al ver el noticiero, esperaba que su lindo Naruto viera la nota.

Deidara era su Di...

Frunció el ceño.

Iba a matar a Deidara, le había jugado "chueco". Se tenía que cobrar de alguna manera de ese tonto rubio.

Debía admitir que supo jugar sus cartas para... Convencerlo.
Si es que se podía llamar convencer a amenazarlo con sacar a la luz cierto incidente del pasado con el cuadro favorito de Gaara.  No era un tonto para dejar que el pelirrojo se enterará de ese... Accidente.

Soltó un suspiro cuando leyó el remitente del patriarca Uchiha. Oh vamos, podría ser su abuelo. Pero el maldito se veía bastante joven para su edad.  Quería saber cómo le hacía para verse de esa edad.

-paso en una hora por tí. Deidara me dijo que está en la empresa.

-Estupido rubio- murmuró mientras ignoraba el teléfono, siguió trabajando.

La secretaria entro a la oficina -. Me retiro, Kurama-sama. Ya dejé todo listo para la junta de mañana.

-Gracias. Descanse- se dió la vuelta -.  Uchiha-sama está esperando aquiii..

-Buena noche, Kurama.

-Ya puede retirarse.

-Hasta mañana- miro entre ambos antes de huir.

Madada arqueo la ceja al ver que pelirrojo le miraba -. No me respondiste.

-No se de que me habla. ¿Qué se le ofrece?

Rodó los ojos -.  Cita.  Deidara.

No dijo nada, solo pudo asentir. Apagó la computadora y se levantó. 
Una semana más y se acabaria su martirio; prefería ser el abogado de Naruto.

Madara abandonó la oficina y miró al pelirrojo cerrar la puerta. Observó la esbelta figura...

El saco del pelirrojo se cayó y el lo levantó -Dejame ayu...

-No. Yo puedo. Y le advierto, conduzco mi propio auto- la sonrisa del azabache no le gusto.

-Lo sé. Por eso vine en taxi- disfruto ver la cara del pelirrojo.

Frunció el ceño y asintió bruscamente. Así que previo eso -. Comprendo. ¿A dónde vamos?

-Deidara me dijo que te gusta la comida italiana.

Si.

Definitivamente asesinaría al rubio tonto.

--------------------

Deidara esperó a que el mayor llegará, mientras miraba una película. Noto el auto entrar a la propiedad y sonrió. Minutos después entro el pelirrojo.

-¿Qué tal la cita?

-Muerete.

Deidara temió por  su vida.

-----------

Madara sonreía mientras entraba a la casa.  Fue una buena cita... Por lo menos esperaba que lo fuera para Kurama. El pelirrojo la había pasado algo arisco.

-Padre.

Miro a fugaku sentando que el sillón. Se acercó y sirvió una copa -. ¿Qué sucede?

-Acabo de ver a Kurama-san te dejo en la entrada. ¿Sucedió algo con la empresa?

-No. Fue una... Cita.

Fugaku arqueo la ceja -¿Cita? No crees que es muy joven para ti.

-para el amor no hay edad.

Rodó los ojos -. Pero ese amor es Kurama Otsutsuki.

-y...

-¿Qué tiene tú y mis hijos con esa familia? Comprendo a los niños... Pero tú papá.

-Solo son unos años.

-Casi 30.

Sonrió confiando -. No lo parezco.

-no. ¿Pero crees que le vas a interesar a un joven de 30 años?

-Por supuesto- sonrió confiando.

-No digas que no te lo advirti.

-Oh vamos ¿Qué puede salir mal?- preguntó  a su hijo.

Sin saber que cierto pelirrojo lo maldecia, no solo a él, a cierto rubio tonto también.

Dulce encuentro, dulce venganzaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora