Prólogo

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¿Recuerdan esa sensación cuando eran niños de estar tan emocionado por algo que no puedes concentrarte en nada más? Así es como se sentía Adrien en esos momentos, con la vista fija en el reloj digital del auto observando como los segundos parecían tardar cada vez más en cambiar, mientras jugaba con el anillo en su dedo, aquel que hace mucho tiempo le había obsequiado la persona a quien tanto anhelaba ver 

Su vista se fijó entonces en las puertas de la universidad mientras imaginaba como sería cuando aquellas puertas se abrieran y Marinette saliera a su encuentro

Habían pasado poco más de cinco años desde que tuvo que marcharse, ambos con ya veintiún años y muchas experiencias nuevas en sus vidas. Se habían mantenido en contacto a través de mensajes y llamadas, pero hace aproximadamente dos años su comunicación había pasado a ser casi nula, la universidad de ambos, la carrera de Adrien y la diferencia horaria se los impedía 

Entonces a lo lejos Adrien escuchó el timbre y bastaron solo unos cuantos segundos para que una multitud de hombres y mujeres de diferentes edades comenzaran a salir del edificio. Suspiró nervioso y salió del auto para acercarse al edificio, mientras escondía sus manos dentro de los bolsillos de su abrigo y con su mirada buscaba aquella cabellera azabache que recordaba perfectamente

El gorro de su abrigo cubriendo su cabello y la bufanda que cubría su boca le ayudaban a pasar desapercibido entre la  gente para no provocar tanto escándalo, después de todo ya no era solo un modelo, después de su participación en algunas series y películas, ahora también se había convertido en actor

Estuvo un par de minutos buscándola, entre tanta gente le estaba resultando algo difícil verla. Entonces fijó su vista en una figura que le resultaba familiar, una chica que vestía un abrigo largo que le llegaba a las rodillas y un gorro de lana que cubría su cabello, entonces sus manos temblaron y sus ojos brillaron en cuanto sus miradas de conectaron 

¡Era ella! 

Los ojos de Marinette se abrieron tan grandes como fue posible y corrió hacia él, lo cual provocó que el gorro en su cabeza cayera dejando ver su ahora largo cabello azabache, y abrazó a Adrien  siendo correspondida inmediatamente con la misma intensidad

—¡No puedo creer que seas tú! —Marinette se apartó rápidamente, observando al rubio de pies a cabeza  —Por favor dime que no es un sueño —Pidió, temiendo que en cualquier momento pudiera despertar

—No es un sueño, aquí estoy —Dijo el rubio esbozando una sonrisa 

—Me hubieras avisado, así podríamos haber ido a buscarte al  aeropuerto —Le dijo intentando regañarlo, pero no le resultó, estaba tan feliz que no podía ocultarlo

—Quería que fuera una sorpresa — Confesó, sin poder apartar su mirada de la chica, se veía tan hermosa ante sus ojos, incluso más de lo que recordaba 

—Pues vaya que me sorprendiste —Marinette rio leve mientras acomodaba un mechón de cabello detrás de su oreja

—Te extrañe demasiado —La mano de Adrien viajó hasta la mejilla de Marinette y la acarició con delicadeza 

—También te extrañe, mucho —Dijo Marinette regalándole una sonrisa, lo cual hizo que el corazón del modelo se agitara con felicidad 

—Que bellos son los reencuentros  —Se escuchó una voz detrás de ellos, que hizo que ambos  voltearan hacia donde provenía, una voz que el rubio conocía perfectamente, su mejor amigo

—Aunque sería más bello si nos incluyeran ¿No lo creen? — Preguntó la morena observándolos con una sonrisa de lado 

—Claro que sí —Contesto el rubio sonriente antes de extender sus brazos hacia los lados  — Vengan aquí —Los tres cruzaron miradas y sonrieron, se acercaron a él y lo envolvieron en un cálido abrazo —No se imaginan lo mucho que los extrañé

30 Días Para Recuperarte #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora