Capítulo 11: Utpala

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El camino por el pasillo de aquel lugar fue con creces incómodo.


Costaba creer que siquiera el par de personas caminando hombro a hombro (retóricamente, puesto Neal llevaba tacones que le hacían ganar unos centímetros de más) habían sido tan amigos en el pasado.



— Ha sido un largo tiempo ¿No? — rompió el silencio el del vestido. Matthew desvió su mirada hacia la decoración del pasillo sólo para no mirar a Neal. Era tan extraño, es decir, no por el hecho de que Neal parecía haber cambiado de género, aquello lo tenía sin cuidado. En realidad lo que lo tenía tan incómodo era el hecho de caminar lado a lado como si nada hubiese pasado. Ambos se habían dicho palabras hirientes en el pasado y no se habían reconciliado en todo ese tiempo.

"Aun estaba llorando cuando lo encontré..."

Las palabras de Víctor en aquella ocasión resonaron en su cabeza.

Allí recordó que probablemente él ya no era un "él" sino un "ella" y que posiblemente también habría cambiado su nombre.

— ¿Debo suponer que tienes otro nombre?

Neal rió sacando una tarjeta totalmente transparente con un código impreso y se detuvo frente a una de las puertas. Negó con la cabeza mirándose brevemente a sí mismo.

— No soy transgénero, Matthew. — aclaró y abrió la puerta utilizando el código sobre el lector. — Es una especie de fetiche que se nos salió de las manos a Asier y a mí.

Matthew enarcó una ceja antes de que Neal le permitiera pasar primero. Observó el lugar notando que ésta estaba exquisitamente decorada para la ocasión. La cama simulaba una cárcel con su celda y barrotes arriba y a los lados, los juguetes dispuestos en la pared, el potro al final de la habitación y, por supuesto: La gran pared frontal hecha de solo espejos.

La emoción bulló en su estómago. Pero se obligó a aplacarla de momento.

— No pensé que todavía estuvieseis juntos, no después de tanto tiempo. — soltó arrepintiéndose enseguida de su comentario. Pero Neal no pareció ofendido, solo se encogió de hombros.

— Todo es posible mientras no haya amor de por medio. — dijo casualmente y tomó asiento en la cama e invitó a Matthew a acompañarlo. El más bajo se tragó el golpe bajo que fue aquello, alegando a sí mismo que él se lo había buscado.  — Víctor y Asier están hablando de negocios, así que van a tardar un rato.  — continuó entonces. Cada vez que parpadeaba: Sus pastañas se batían con feminidad gracias al realizado maquillaje.

Por más que lo veía, no podía creerlo... ¿De verdad ese era Neal?

Tomó asiento a su lado. 

Si no quería que se sumieran en un incómodo silencio, lo mejor era preguntar aquello que lo estaba asaltando desde hacía rato.

— ¿Desde cuando Víctor y Asier hacen negocios? — soltó sin ser conciente de si quería una respuesta a su pregunta.

A veces era mejor morir ignorante.

— Hace más de un año, unos pocos meses después de que te marcharas: Víctor vino a Asier. — comenzó echándose para atrás mientras se sostenía en sus palmas. Matthew pudo notar como su pecho era solo relleno. — Estaba destrozado... Si tú lo hubieses visto no lo hubieras reconocido. — dijo para luego mirar brevemente a Matthew, notando que su semblante vacilaba entre confusión e incredulidad. — Pero en fin, fue desde allí...

Nueve Pecados II: NarakaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora