Alergies [Maylor]

«4»

Una vez que las clases empiezan, los ánimos de la mayoría de los alumnos decaen de forma notoria. Aquello le sucedió a aquel grupo de amigos, sin considerar sus nervios por el nuevo curso y el nuevo espacio. Reclamando que dejarían solo a George en el otro edificio, y este siempre asegurando que estaría bien.

Y claro, llevaban ya unos meses en clases, pero seguían deseando volver a estar de vacaciones y holgazanear, dormirse y levantarse tarde, jugar videojuegos y pasar tardes riendo, diciendo payasadas y jugando Minecraft y Warcraft online. Además claro, de sus típicas tardes viendo películas y algunas series.

Pero lamentablemente allí estaban. En la clase que les parecía más aburrida: química. Y no era por la materia en sí, sino que por el maestro, el hombre con la peor habilidad para enganchar alumnos con su clase, y que con tan solo entrar al salón, perdías el total interés por aquella asignatura.

Roger tomó un papel y comenzó a escribir un mensaje que le pasó a Brian, quien estaba a su lado. El rizado lo miro algo confundido y el joven sólo le hizo un ademán con los ojos a que lo leyera. Brian acomodó su estuche para leer la nota sin problemas y la abrió, encontrándose con la desordenada caligrafía de su amigo.

¿Crees que podamos salir después de clases?

Brian miró a ambos lados y al comprobar que nadie le prestaba atención —más que nada para jugar discretamente con sus celulares, dibujar, leer o simplemente mirar por la ventana—, comenzó a escribir en la parte de abajo del papel, dejando espacio para otra respuesta.

Espero que sí... ¿pero a dónde? ¿Y te darán permiso?
- Bri

Volvió a pasarle la nota de forma cuidadosa y Roger repitió el mismo proceso que él. Luego comenzó a escribir.

Ya te dije que no era necesario poner tu nombre al final de las notas... en fin, no sé, el cine o algo... estaría genial, ¿no crees? Hace bastante que no salimos los dos... y sabes que me dan permiso siempre.

Volvió a entregar la nota. El proceso volvió a ser repetido y Brian escribió con rapidez para devolverla.

¡Es mi marca personal! Y el cine estaría bien, a menos que quisieras ir a otro lugar, no sé, el McDonald's. Puedo pedir solamente papas... o quizás podamos ir a ambos lados, porque tienes razón, hace mucho no salimos juntos.
- Bri.

Brian devolvió la nota, pero Roger estaba tomando unos apuntes y al terminarlos, la abrió, la leyó y comenzó a escribir. El rizado lo miraba de forma atenta, repasando sus finas facciones y admirándose con estas, queriendo verlas por siempre. Cuando el rubio terminó, se la entregó nuevamente.

Bien, bien, señor marquero... estaría genial ir a ambos lugares, estuve cortando césped y entregando periódicos, así que tengo dinero ahorrado. ¿Recuerdas cuando éramos niños? Íbamos a todos lados juntos...

Roger entregó el papel y volvió a escribir sus apuntes. Brian tardó un rato por estar haciendo lo mismo, y desdobló el papel.

Claro que lo recuerdo. Era genial.
- Bri

Nuevamente le pasó el papel. A veces Roger se desilusionaba con respuestas cortas en las notas —sobretodo cuando estas tardaron en ser escritas—, pero no dijo nada. Comenzó a escribir y volvió a pasarlo.

Debo hablarte de eso, Bri... o sea, no de eso en particular, debo hablarte. Tengo un problema y necesito que alguien me dé una respuesta.

El proceso volvió a repetirse. Brian desdobló el papel y al leer frunció el ceño con notoria preocupación.