16. De Locura y Consecuencias

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—¿Que tienes que ver en todo esto? —pregunto, la pregunta había estado en el fondo de mi mente todo el tiempo. Él nació diez años antes que yo, ¿entonces él tenía veintiocho años cuando fui sentenciado a muerte?

—Mi historia es menos trágica que la tuya, Donghae —Hyukjae comenzó, con una expresión perturbada y avergonzada en su rostro—. Morí en 1798, tú tenías diez años, yo tenía veinte.

—¿Qué te pasó?

—Yo... —él dudó—. Yo era... algo famoso en mi tiempo.

—¿Famoso...? —reiteré.

Hyukjae se movió incómodo y sacudió la cabeza una vez, —Famoso, pero... no en el buen sentido.

Esperé, y cuando Hyukjae vio mi mirada inquisitiva, continuó, —Mis padres eran bien conocidos por ser las personas más ricas de muchas ciudades. Eran respetados por todos. Pero la forma en que adquirieron el dinero fue por el lado malo.

—¿Cómo hicieron dinero?

Mi novio sonrió amargamente, —Ellos nunca hicieron dinero, Donghae, lo hice.

—¿Cómo?

—Múltiples cosas —dijo con disgusto en sus ojos—, en algunas noches trabajaba en los campos para obtener un sueldo, pero en la mayoría de las noches trabajaba como prostituto, porque de acuerdo con mis padres, allí era donde estaba el dinero real...

—¿Tus padres te obligaron a ser prostituto?

—No tuvieron que obligarme. Verás, yo estaba un poco mal de la cabeza también. Pero no podías culparme, viví toda mi vida con esos tiranos corruptos que tuve que llamar a mis padres. Recuerdo haber tenido sexo con personas desde antes que pudiera formar oraciones completas. Nunca supe que era algo incorrecto hacer. Nadie me lo ha dicho nunca. Pero había una regla en mi ciudad; si vas a ser un prostituto, entonces tienes que ser bueno —Hyukjae se burló de sí mismo, como si recordara algo—. Era ridículo, así que realmente nunca le presté atención. Una noche, supongo que no fui lo suficientemente "bueno" para la chica con la que lo estaba haciendo, y ella me echó.

—¿Y?

—Y no pensé que fuera un gran problema, lo único que me preocupaba era enfrentar a mis padres sin la cantidad de dinero requerida para esa noche. Pero al día siguiente, mientras caminaba por las calles, una gran multitud de gente enojada y gritando comenzó a perseguirme. Me estaban llamando violador por alguna razón. Seguí corriendo y finalmente me alejé de ellos por un tiempo. Al día siguiente descubrí que la chica que me echó la otra noche denunció que la había violado.

—Pero no lo hiciste, te contrató para tener sexo con ella —dije con el ceño fruncido.

—Sí, Donghae, pero quién sabe lo que ella estaba pensando. Te lo dije, una gran regla en ese entonces era que sería mejor que fueras bueno si iba a ser un prostituto, y supongo que por alguna razón para ella no fui bueno.

—¿Entonces dijo que la violaste?

—Todo el mundo tiene un poco de locura en ellos Donghae, especialmente en aquel entonces.

—Entonces... entonces, ¿qué te hicieron?

Hyukjae le dio otra sonrisa amarga, inclinando la cabeza hacia un lado y deslizando las yemas de los dedos por la cicatriz, —Tú dímelo.

—¿Te colgaron? —exclamé

—Después de una semana de intentar perseguirme, busqué refugio con mis padres y les pedí ayuda. Pero ellos fueron los que me entregaron. El 2 de diciembre de 1798 me colgaron.

—¿Como pudieron...? —pregunto con incredulidad.

Hyukjae se burló, —¿Por qué no lo harían? Gracias a mí, ahorraron suficiente dinero para durar el resto de sus vidas demoníacas, retenerme solo sería una carga para ellos.

Retrocedí un poco, necesitando un poco de espacio para respirar, una cosa era conocer la historia completamente jodida de mi pasado, otra muy distinta descubrir la historia completamente jodida de mi novio. Realmente nada tenía mucho sentido para mí todavía, y sabía que Hyukjae no había terminado de explicarlo, pero necesitaba solo un minuto para asimilar toda esta información desagradable.

Finalmente volví a mirar al hombre frente a mí, miré su cicatriz y luego a sus ojos curiosos. Él no sabía cómo me sentía acerca de todo esto, y sinceramente, yo tampoco. Aparte de estar completamente aterrorizado, ¿qué más se suponía se debía pensar?

—Yo... necesito decirte más —dice Hyukjae, medio tímidamente, medio disculpándose—. Creo que deberías saber cómo nuestras vidas se relacionan entre sí.

Dije que él estaba en lo cierto.

—Donghae, tú y yo fuimos asesinados por algo que fue nuestra culpa pero no al mismo tiempo, ¿verdad? —Hyukjae pide confirmación, y yo asiento con las cejas fruncidas y un ceño confundido.

—Bueno... —continúa—. Sabía que iba a morir, sabía que me iban a matar. Y recordé que uno de mis clientes, si fuera posible, me dijo que le gustaba la hechicería y el oficio de bruja. Así que la contacté nuevamente y le pregunté si de alguna manera podría salvarme.

—¿Qué?

—No es tan malo como parece, lo prometo —mi novio intenta apresuradamente explicarme—. Hice un trato con ella. Ella dijo que dejaría que me mataran, pero no sentiría nada durante el proceso, y una vez que muriera, me volvería a hablar. Ella dijo que viviré la vida de mis sueños con una condición.

—¿Y qué fue eso? —cuestiono.

—Necesito salvar otra vida —responde—, esa es una parte de la razón por la que quiero salvarte. La otra es porque no quiero que te lastimes, Donghae.

Abro la boca para responder, pero no tengo la oportunidad de hacerlo, porque lo siguiente que escuchamos es una voz resonante, preguntando si había alguien en la antigua vivienda en el que nos estábamos escondiendo. Salto y grito al mismo tiempo que Hyukjae me maldice y me jala de la cama.

—¿Puedes correr? —pregunta.

—No —le digo desesperadamente, en este punto mis pies sangrantes apenas lograron sostener mi cuerpo.

Hyukjae me ve temblar, maldice de nuevo y dice, —Bueno, tendrás que hacerlo.

Me agarra de nuevo la mano y sale corriendo por la puerta de atrás, sin embargo, sabíamos que las autoridades rodeaban toda la cabaña. A toda prisa, Hyukjae abrió de golpe la puerta trasera, los dos nos quedamos completamente inmóviles cuando vimos a unos cinco hombres uniformados, mirando confundidos la puerta abierta.

Mi novio me aprieta la mano, volviéndose hacia mí lentamente y pronunciando las palabras, —No hagas ningún sonido.

Y no lo hago.

No hubiera sabido qué decir si no tuviera demasiado miedo para pronunciar el sonido más patético que pudiera hacer.

Hyukjae me agarra de la muñeca y me detiene, permaneciendo quieto, tan callado como puede. —No me sueltes, pase lo que pase —dice estrictamente, y yo asiento una vez.

Estaba pensando en varias cosas en este momento. Mi mente todavía estaba pensando en las historias que me contó, y ahora estaba tratando de lidiar con los hombres frente a nosotros que intentaban perseguirme para matarme.

Pero soltarlo era lo último que tenía en mente.

ReminiscenciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora