17. De Tiempo y Juegos

85 18 3
                                    

No debe haber habido un edificio de ladrillo vacante que estuviera tan quieto como nosotros en ese momento. Si pudiera, habría intentado evitar que mi corazón se acelere porque sabía con certeza que tanto Hyukjae como yo podíamos escucharlo claramente.

Vimos a los policías apresurados con sus patéticos uniformes verdes mirar lentamente de izquierda a derecha.

—Vamos a ver —dijo uno, con una sonrisa maliciosa mostrando orgullosamente su rostro. Parecía un payaso. De hecho, todos lo parecían. Con sus cabezas perfectamente afeitadas, barbas toscas y disfraces tontos con insignias doradas, no podrían haber lucido mejor que una broma enferma.

Hyukjae me estaba observando juzgar a los oficiales, y él levantó una ceja confundido. Cuando los hombres intentaron atravesar la puerta, rápidamente me sacó de su camino a tiempo, pero mi pie piso el crujiente suelo de madera cuando me empujó, haciendo que los hombres retrocedieran y miraran en dirección al ruido.

Hyukjae me miró una vez más y puso un dedo sobre sus labios antes de sonreír e inclinarse para besarme en silencio. Su rostro mostraba diversión. Esto era como un déjà vu para nosotros, huir de las personas que no podían vernos. Excepto que esta vez la gente venía por mí, no él.

—No hay nadie, señor —dice uno de los hombres. Todos estaban en la cabaña de la que estábamos tratando de escapar, uno miró debajo de la cama y otro buscó detrás del armario de una puerta.

Hyukjae articuló, —¿Vamos?

Asentí. Nos dirigimos de puntillas a la puerta de atrás, esperando que no crujiera. Una vez de vuelta en el bosque, nos apresuramos. Hyukjae agarró mi muñeca y corrió, evitando árboles caídos y animales extraviados.

—¿A dónde vamos? —pregunto en voz baja, en caso de que los hombres nos escucharan, lo cual Hyukjae negó con una burla, había corrido rápido y lo suficientemente lejos de los hombres.

Disminuimos la velocidad a una caminata rápida, —Un lugar donde no te encontrarán. Toma una respiración profunda.

—¿Por qué?

—A la cuenta de tres.

—¿Qué? Hyukjae, ¿por qué?

—Tres —dijo, y lo siguiente que sé es que estábamos bajo el agua, exhalo burbujas de aire y siento que Hyukjae me jala a la superficie.

—¿A dónde fuimos? —pregunto mientras miro a izquierda y derecha.

—Nosotros saltamos.

—¿Saltamos?

Hyukjae exhala, —A otro lugar. ¿Necesito llevarte a algún lado?

—¿Dónde?

—Algún lado.

—Hyukjae —exijo. Este no era uno de esos momentos en los que solo podía guardar información de mí, no, era hora de respuestas, y las esperaba todas.

Hyukjae me miró desde un lado y suspiró una vez más, deteniéndose en improvisto y mirando a su alrededor.

—¿Qué pasa?

—Necesitamos un lugar para descansar por un tiempo —responde, mirando de nuevo a su alrededor antes de decidirse y caminar hacia una pequeña cueva en el acantilado cerca de la orilla.

—Quítate la ropa —ordena, mirándome por una reacción mientras se quita la chaqueta y la camisa. Él debe haber visto mi expresión confusa, porque explicó—. El agua está helada, debes quitártela para que se seque o de lo contrario tendrás congelación o hipotermia.

ReminiscenciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora