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The Fairy Feller's Master Stroke ~ //Mercury/
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Remóntame hacia mucho atrás, llévame hacia aquel sueño de una noche de verano y la pintura hecha canción que alguna vez viste y quisiste describir en una galería. Antes del sonido que anuncia la llegada de las palabras, parece que la nuez del árbol caída ya comienza a ser cortada en pequeños trozos para repartir igualitariamente.
Te anuncian como el hada leñador y la adorable música, con un ligero toque de oscuridad, continúa para dar paso a algunas notas de guitarra sucias que contarán toda tu historia. En el mismo bosque de un inicio, ahora nos encontramos de nuevo.
Las hadas se han reunido alrededor del brillo de la Luna Nueva, danzando felices como si no hubiera un mañana, con tal de ver al leñador romper una nuez bajo el cielo de medianoche. Al mover su hacha él jura, y a medida que sube se atreve, a dar de una vez el golpe maestro.
Al parecer ya la nuez está partida o eso es creído, mas la alegre sinfonía del baile de las hadas, sigue acompañando a aquellas que vuelan para celebrar el triunfo de su leñador alado, que levanta el hacha ahora en señal de buena victoria.
El bajo empieza a esmerarse, para mí mucho más que cualquier otro instrumento, para mí mucho más hermoso como acompañante a la danza, en lo que cambiamos la alocada escena y de repente aparecemos en un soleado mercadillo en la mañana.
Un labrador, un carretero voluntarioso y las escrituras del destino que sobre la mesa de venta se presentan para anunciar el final. Llega un político con una pipa senatorial, quien además es tartamudo; y la sucia guitarra que ya ha dejado de ser pura y blanca, lo acompaña en tanto las figuras de humo se forman en el aire a medida que las escupe.
El pedagogo al entrecerrar sus ojos, frunce el ceño mientras observa una distante e inapropiada escena, con un libro y una pluma sobre la mano, en lo que acomoda sus gafas. Un travieso sátiro ha aparecido mirando bajo el vestido de una dama, un sucio tipejo. ¡Que pervertido el mozo!
Un pequeño piano intervino, en lo que el canto sobre el pedagogo y el sátiro se hacía notar... ¿Pudiste escucharlo...? Hay un zarrapastrón y una asquerosa basura; hay un ladrón y una libélula trompetera, "¡es mi heroína!" Grita la gente, en lo que la señala para acompañarme.
El buen mozo, la elegante hada, se burla en silencio de los tontos caprichos costosos de su amiga dama. Llega la ninfa amarilla ("¿podemos ver el golpe maestro?"), ¡vaya tipo raro! Se ríe observando por sobre la ciudad y entre el viento que le ayuda a volar, la gran diferencia entre mortales bajo sus pies, mortales que se destruyen entre ellos mismos, al tan superiores o inferiores creerse entre sí.
Canta conmigo, acompaña los cálidos chillidos agudos que nos han servido de ayuda durante toda la leyenda; acompaña al bajo que por fin brilla encima de cualquier otro instrumento, que de una vez se hace notar. Escucha a la gente gritar, al mismo sonido de un inicio, ahora distorsionado por la sucia guitarra. Se acerca el final de un nuevo cuento, pero todavía falta para terminarlo.
Un soldado, un marinero, un artesano y el pequeño niño, un futuro labrador, todos esperando por oír el sonido de alarma. El mago con el arco a la espalda preside el terreno, él es líder, apunta con su flecha hacia la diana precisando el tiro. Suena la pequeña campanita junto al bajo divino a su lado.
Oberon y Titania, ambos vigilados por una bruja. Aquí Mab es la malvada reina y hay un buen boticario que nos salvará, ven a saludarlo... Otra vez el hada, majestuosa y elegante, se burla de los costosos caprichos de su amiga la dama; otra vez llega la ninfa amarilla y los chillidos continúan para hacerme la segunda voz. ¡Vaya tipo raro!
Por último, el mozo de cuadra alado, con ambas de sus manos sobre las rodillas, se sienta en su celestial silla a mirar. "Vamos, señor leñador, rómpelo hasta abrirlo si eres capaz, por favor", se le suplica incansablemente para que por fin el golpe maestro logre restablecer la paz en el desordenado mundo de Rhye, donde ya nada cobra sentido.
Un escenario atiborrado de personajes diferentes, un barroco estilo shakespeariano, un bajo y unos gritos que más que cualquier otra cosa resuenan en esta canción...
Una complicada remezcla inentendible, aún cuando más fácil trate de hacerse entender, concluye con el piano que cambiará de la noche de verano, en el sueño de un dramaturgo inglés, al nunca jamás que escribió el cuervo negro de la batalla de ogros, el cuervo negro de un temerario americano.
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Qѵεεɳ σƒ Rɦყεℓαɳ∂
Fantasy/lαժօ ճlαղcօ\: P̳r̳o̳c̳e̳s̳i̳ó̳n̳, escucha un solo instrumental, una historia que trascendió de p̳a̳d̳r̳e̳ a̳ h̳i̳j̳o̳. El triste cuento de su amor perdido, la pura r̳e̳i̳n̳a̳ b̳l̳a̳n̳c̳a̳, a̳s̳í̳ c̳o̳m̳o̳ c̳o̳m̳e̳n̳z̳ó̳ todo. A̳l̳g̳ú̳n̳ d̳í̳a̳,̳ u...