Reúnanse almas rotas y bailemos al son de sus lamentos, que sus gritos acallados sirvan de canción de cuna. Desgarren su garganta dejando salir a las bestias que mastican sus corazones. Dancen acompañando a sus esperanzas, hagan que sus miedos se pongan celosos. Usen sus cadenas como listones y brinden con sus lagrimas. Salten hasta sacudir el polvo de sus inseguridades. Atrévanse, porque nadie apuntara sus insultos hacia sus sueños, ni sus balas abrirán otro agujero en sus sentidos. Celebremos el valor para intentar volar a pesar de que nuestras alas estén cubiertas de plomo.
Algún día queridos compañeros, recobraremos nuestro lugar en las estrellas, seremos más fuertes y las grietas de nuestras almas brillarán como si de una medalla se tratase.