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- ¡Hola!

- Denso de mierda.

- Es de buena educación saludar a todos - seguí ignorándolo. - ¡Manuel, espera!

Seguí mi caminó mientras el llegaba a mi lado. Me senté en un banco que había ahí. Mateo traía Doritos... Esos Doritos me estaban llamando. Así que hice lo mas lógico, se los saqué de las manos y me fuí corriendo de ahí. Mateo tardó un poco en procesar todo. Me escondí detrás de un árbol y lo observé buscarme.

Me senté debajo del árbol mientras comía Doritos. De reojo vi que Mateo ya no me buscaba, supuse que se había ido porque se aburrió y me dejo tranquilo.

Me levanté y sacudí mi pantalón.

- Devolveme las Doritos.

- Chupala.

- ¿A dónde vamos?

Caminamos en silencio. Vi un carrito de Donas y mis ojos se clavaron en esas deliciosos círculos. Miré a Mateo y estiré su brazo.

- Si bueno, ¿Me compras una dona? Juró que después te devuelvo la plata.

Y así es como terminé comiendo una dona llena de glaseado con chispas. Ya era de noche y mientras caminábamos en silencio cómodo la luz de loas farolas empezaron a fallar y ya no sabía donde estaba. Bueno, según Mateo sabía dónde estábamos.

De la nada el agarro y mi mano, ni siquiera reaccione cuando la tomó, aún sabiendo lo bipolar que puedo ser.

De apoco reconocí el barrió y vi mi casa. Una cuadra antes me despedí de Mateo y le agradecí una vez mas por la dona.

El lunes por la mañana fuí a la escuela, Valentin me estaba esperando en la esquina.

- Pensé que te habías muerto.

- ¿Por que todos piensan eso?











Bueno, lo quería y lo tienen jsjsjsj.

Suicida - TrueplikDonde viven las historias. Descúbrelo ahora