Suicida - Trueplik

07

En la últimos días no me crucé a Mateo, ni siquiera una vez. El viernes a la tarde me acompaño a mi casa, despues de una despedida y un beso en la frente se fue.

Estaba viendo una de mis películas favoritas, pero estaba tan distraído. Seguía pensando en Mateo. Ese infeliz no me deja en paz ni siquiera cuando no esta conmigo.

Suspiré y tomé un sorbo de mi café. Hasta que mi teléfono vibró y una sonrisa se asomó en mis labios.

"En veinte minutos paso a buscarte"

El llegó puntual, observé como salía del auto mientras habría sus brazos pidiendo que lo abracé.

Entonces abrí mis brazos, fuí corriendo, pase por su lado y  abracé el auto.

- ¡Es el auto de una película! Si nos casamos ¿Me regalas el auto? Banca, ¿Es tuyo? ¿No es robado,no?

- Yo no vine por ésto - Murmuró y abrió la puerta del auto - No puedo creer que te extrañé - Se sentó y empezó a conducir.

- ¿A donde vamos? - No me respondió - ¿A dónde vamos?... ¿A dónde vamos? ¿A dónde vamos?

- ¡Manuel cerra el culo!

- ¿A dónde vamos?

- Si seguís hablando te voy a tirar por la ventana con el auto en movimiento.

Rodé los ojos y me crucé de brazos. Quise encender la radio pero el golpeo mi mano. Entonces me convertí en lo que jure destruir: observé a Mateo con detenimiento,su mandíbula, su perfecto perfil y la forma en la que su cabello se movía por el viento.

- Ya se que soy hermoso, pero sinceramente, me siento acosado - Comentó haciendo que mire a otro lado.

- ¡Ja! ¿Vos, hermoso? Te pareces a un castor mal formado.

- Que lástima que este castor te gusta.

- Querido castor, estas en la zona de amigos.

-  No parecía eso hace unos minutos, estabas babeando por mí - Dijo mientras estacionaba el auto.

Nos detuvimos frente a un carrito de hamburguesas.

- ¿Preparado para una primera cita?

Reí y tome su mano.

- Me extraña que lo dudes.

- Estoy tan llenó que ni siquiera puedo sentir más olor a comida - Exclamé con la mano en la panza.

- ¿Entonces no queres helado?

- El helado no va en el estómago, va en el corazón.

El soltó una risita. Mateo se veía tan feliz y eso hizo que También lo este yo.