Es curioso como los humanos expresamos el hecho de extrañar a alguien, cuando se fue de este mundo. Le regalamos flores, le visitamos, porque sentimos que parte de esa persona sigue en este mundo, sigue con nosotros, y se merece nuestra atención y reconocimiento. Toda esa parte es gracias a los recuerdos.
Me generan contradicciones brutales aquellas reflexiones, ya que siento que si yo me muriera, no sería más que un saco de huesos bajo tierra. Un pequeño monumento floral que ocupa espacio en un planeta que nunca importó ni le importará a un universo tan grande y basto, para el cual los millones de años de vida de la tierra no son más que un pestañeo banal. ¿De que me servirá aportar al mundo si este dejará de existir y todo aporte, inclusive el más importante que haya habido, se hará cenizas, luz, aire, polvo, con el tiempo?
Pero no puedo pensar así cuando se trata de mi familia. Es una especie de ancla en el cerebro humano, algo que nos detiene en el tiempo y nos dice, "Hey, esto importa".
¿Por qué nos importa? Los sentimientos son algo tan fuerte que me supera, me hace explotar la cabeza pensar en el cero absoluto que significa la vida y al mismo tiempo lo mucho que me duele, me alegra, me preocupa, me sorprende, todo lo que sucede. Quizás ya estoy en la etapa que pasaron miles de personas antes que yo, el de preguntarse qué estamos haciendo en este lugar y con qué fines hacemos lo que hacemos. Fines reales. ¿Importa, realmente, algo?
La vida es una contradicción constante.

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Desde el infinito
Fiksi RemajaNada es lo que él pensaba. Vicente Favre es un joven común y corriente que se encuentra en plena adolescencia, la que debe afrontar difícilmente por la pérdida de su abuela Jaimy, la actitud de su padre, el amor, las discusiones en la familia, y lo...