La pequeña Potter viajará a un mundo nuevo donde la magia y el amor son los protagonistas principales pero no será fácil, el mal está detrás de ella siguiendo sus pasos sigilosamente esperando el momento perfecto para atraparla.
𝗦𝗔𝗚𝗔
𝐀𝐜𝐭. 𝐎...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
━━━━━━━━━━━━━━━
╚» ᴀᴄᴛᴏ.ɪ«╝
━━ 𝙃𝙀𝙄𝙍𝙀𝙎𝙎 𝙔 𝙇𝘼 𝙋𝙄𝙀𝘿𝙍𝘼 𝙁𝙄𝙇𝙊𝙎𝙊𝙁𝘼𝙇.
───────
Sabía que no debía entrometerse, pero era su hermano a quien humillaban. Alaska con los labios presionados y una mirada seria veía desde el sofá a tío Vernon como maltrataba a su hermano. Harry simplemente le daba tranquilidad a su hermana con una media sonrisa porque sabía lo que podía llegar a ser capaz con tan solo defenderlo pero el pelinegro no quería eso en estos momentos, empeoraría las cosas.
— Baja a tu habitación ahora mismo! — Dijo tío Vernon molesto y echando a Harry de la cocina.
Alaska vio como tío Vernon refunfuñaba cosas mientras se dirigía hacia las escaleras, al tener esa mínima oportunidad corrió hacia su hermano para asegurarse que estuviese bien.
— Tranquila Al, estoy bien — Dijo Harry cuando su hermana lo abrazo y corroboro que no faltase ningún cabello en su cabeza.
— Eso espero, estuve a punto de tomar el libro de cocinas de tía petunia para darle un buen golpe a ese gordinflón — Dijo entre dientes a lo que luego ambos rieron.
Se mantuvieron encerrados allí hasta que tía petunia llamará Alaska para cenar, a Harry se lo habían prohibido por haber hecho enojar a tío Vernon así que su hermana a escondidas guardaba comida para su gemelo. Cuando todos se fueron a dormir Alaska sigilosamente se acercó a su hermano con un plato de comidas.
— Feliz cumpleaños Harry — Dijo Alaska dejando un pequeño beso en la mejilla de su hermano.
— Feliz cumpleaños Alaska — Ambos hermanos se abrazaron.
A pesar que estuviesen solos en este mundo con tan solo tener al otro les bastaba. Bajo la oscuridad ambos niños reían y hablaban diferentes cosas para pasar el rato antes de ir a dormir pero un estruendo se oyó en toda la habitación causando que los gemelos se sobresaltaran aterrados.
— Detrás de mí Al — Dijo Harry alejándose de la puerta.
Veían como el polvo saltaba ante los golpes que daba la puerta. Alaska tomo el brazo de su hermano y se mantuvo atenta a cada sonido pero por un segundo el ruido se detuvo y la voz de tío Vernon se oyó.
— Que está pasando allí abajo? — Se oía su voz a lo lejos.
Pudieron oír como las llaves abrían la puerta y dejaban ver al dueño de casa junto a su esposa e hijos, el hombre pensó que todo el alboroto lo estaban haciendo los hermanos Potter pero no era cierto.
— Niño insolente! Acaso no sabes que debes dejar dormir a tus superiores — Dijo tío Vernon.
De pronto una explosión se hizo presente asustando a todos los presentes que buscaron lugares para cubrirse. Sus ojos veían una gran sombra entre todo el humo, parecía una película de terror.
— Harry y Alaska Potter? Niños?! — Tío Vernon empujó a los niños mientras protegía a su mujer e hijo.
Alaska tomo la mano de Harry para acercarse a quien los llamaba, era un hombre muy grande más que el tío Vernon quien al verlo los miro con brillos en los ojos y luego sonrió con amplitud.
— Niños! Mira cuánto han crecido — El hombre decía con felicidad —. Tal vez no me recuerdan pero soy yo, Hagrid.
El semi-gigante abrió sus brazos esperando un abrazo por parte de los Potter pero los niños estaban confusos e intentaban recordar si alguna vez lo vieron o tan solo oyeron de él.
— Oh me olvidaba, feliz cumpleaños niños — Dijo dejando ver un delicioso pastel.
Los niños sonrieron entre sí y fueron apagar las velitas, a pesar que no conocían al hombre lo abrazaron al ver qué sabía sobre su cumpleaños. En ese momento el tío Vernon estallo de la furia al ver que estuvo apunto de quemar su casa, a pesar que intento hacerle frente a Hagrid retrocedió a los segundos.
— Hay que irnos — Dijo Hagrid.
— A dónde? — Pregunto Alaska con cierto entusiasmo.
— Ya tienen la suficiente edad para estudiar en Hogwarts, la mejor escuela de mágica que alguna vez existió — Dijo Hagrid con emoción logrando transmitírselo a los niños.
Parecía un sueño realmente genial, nunca habían oído sobre ello. Pidieron explicaciones que fueron dadas, desde la muerte de sus padres y la herencia que llevaban por ser los niños que sobrevivieron, tío Vernon intento mentirles una vez más sobre la vida de los Potter pero Hagrid estaba harto de él y por eso lo obligó a que no dijera alguna otra blasfemia sino lo obligaría a usar magia fuera de la escuela, lo cual no estaba permitido.
— Vendré mañana temprano para ir por las cosas que deben comprar antes que comiencen las clases, oh y por cierto espero que envíen rápido sus aceptaciones a Hogwarts de seguro el director de la escuela a de estar ansioso por la respuesta de ambos — Sonrió el semi-gigante antes de marcharse.
Harry acepto inmediatamente, con tan solo huir de sus tíos y primo haría cualquier cosa. Así que pidió a Hagrid que enviara su respuesta y la de su hermana igual.
— Bien niños los veré pronto.
[...]
Callejón Diagon, fue la dirección donde los envío Hagrid para conseguir sus cosas para la escuela. Los niños veían asombrados todas las tiendas por cual pasaban, jamás habían creído en ello y verlo personalmente era una completa locura, pero de la buena.
— Nos queda encontrar sus mascotas y sus varitas — Dijo Hagrid —. Siganme.
Alaska permaneció detrás de ellos mientras veía un poco más las vidrieras, cuando supo que quedaba muy atrás comenzó a correr para no perderlos pero fue un terrible error.
— Fíjate por dónde vas! — Dijo un niño de melena rubia.
— Tu deberías fijarte, yo no tuve la culpa — Se defendió la niña.
El rubio al verla quedó sorprendido por un momento al ver que había chocado con una linda niña, limpio el polvo de su atuendo y luego extendió su mano.
— Draco, Draco Malfoy — Dijo con total elegancia.
— Alaska...— Antes que pudiese presentarse oyó la voz de Hagrid quien la llamaba —. Lo siento debo irme.
Ni siquiera le dio tiempo a que Draco respondiera cuando ya se encontraba corriendo de vuelta a Harry y Hagrid.
Ansiaban con todo su ser el gran día, con tan solo ver su lechuza y su erizo les emocionaba la idea de ir a un lugar mágico.
— Como crees que sea? — Pregunto Harry a su hermana.
— No lo sé pero te aseguro que es mejor que este chiquero — Respondió Alaska.
Así permanecieron los niños, hablando e imaginándose como sería su nuevo colegio y las cosas que pudiesen llegar a ocurrir en aquel lugar.