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Alaska estuvo callada en todo el desayuno y luego almuerzo, se encontraba pensativa recordando aquella pesadilla.

— Al, me oyes? — Harry paso su mano frente los ojos de su hermana para corroborar que estuviese atenta a él pero no lo estaba —. Que tienes?

Parpadeo un par de veces y soltó un leve suspiro, simplemente negó con una sonrisa para no preocupar a su gemelo.

— Solo estoy algo cansada, es todo, las tareas han sido un poco difícil pero gracias a Hermione ya estoy bien — Ambas niñas se sonrieron y Harry no le creyó mucho pero prefirió no insistir.

Ambos eran inteligentes pero Alaska parecía ser más que el cerebro, a veces era tanta su inteligencia que Harry creía que tenía una biblioteca dentro de su cabeza.

La niña se olvidó de su sueño para no hacerle sospechar a Harry así que converso con los tres niños que al parecer estaban logrando llevarse un poco mejor, sobre todo Harry y Hermione, Ron era un caso aparte pero era cuestión de darle tiempo.

— Lista para la práctica? — Escucho una voz detrás de ella que la hizo voltear.

Wood estaba allí con una sonrisa esperando alguna respuesta por parte de la niña.

— Claro — Dijo Alaska.

— A dónde van? — Pregunto Harry con cierta seriedad.

— Tranquilo Potter solo le explicaré algunas cosas del Quidditch, quien dice tenemos a los gemelos Potter en el equipo este año — Oliver hizo que pasase ella primero para salir del comedor.

En la salida se toparon con Malfoy y dos de sus amigos, el pelirubio los observo confusos y luego fulminó con la mirada a Oliver pero prefirió seguir avanzando antes que decir algo.
Alaska negó con la cabeza mientras sonreía un poco y seguía su camino junto a Wood.

El muchacho le iba explicando las reglas del juego y que puestos habían, cuantas copas se llevó la casa de Gryffindor y cuando comenzó a jugarlo por primera vez.

— Sigo insistiendo, no es mi pasión — Dijo Alaska sonriendo con cierta burla.

— Aún no has jugado ese es el problema.

Oliver le enseño todo lo que debía usarse en el Quidditch y dejo que lanzase la Bludger dejando bastante asombrado al muchacho.

— Se ve entretenido pero para verlo, tal vez mi lugar este allí como espectadora — Dijo Alaska.

— Bueno me conformo un poco con eso, por ahora, eso no quiere decir que te salvarás de mí tan pronto. Aún me quedan dos años para dejar mi legado y quién dice lo dejo a tus manos — Alaska abrió más sus ojos de la sorpresa.

— Wood estás demente, ni siquiera nos han enseñado a volar y tu me dices que dejaras tu capitanía en mis manos — Oliver sonrió.

— Todo puede pasar, nadie sabe el futuro así que ve practicando porque ahora mi primera decisión y que conste que jamás lo hice, es dejarte mi puesto a tí, tienes talento puedo verlo — Dijo Oliver —. Además como dije aún no te librarás de mí tan fácilmente, te enseñaré Quidditch y lo amarás.

— Me gustaría ver ese intento — Dijo Alaska sonriendo.

La tarde de domingo la paso junto con Oliver quien le enseño lo que más pudo sobre el Quidditch y luego comenzaron a conocerse entre ellos, Wood no quería demostrar que solo le importaba el deporte así que se abrió con Alaska como tal vez nunca lo había hecho con los demás.

— Pues al principio no sabía que esto existía y que mis padres murieron a causa de un ser sin corazón y por eso tengo una cicatriz — Decía Alaska —. Y pensé que mi vida era ordinaria hasta que se apareció Hagrid para traernos hasta aquí.

Le menciono a sus tíos y primo, y el trato que les daban a ella y a su hermano. Tal vez Harry se llevaba la peor parte pero aún así deseaba marcharse de allí algún día y para siempre.

— Ve el lado bueno, solo pasarás con ellos el verano y luego regresaras a Hogwarts. También al terminar el colegio te podrás ir y no volver a verlos — Dijo Oliver intentando dar animo a la niña.

— Eso es cierto, solo tendré que ser más paciente al fin y al cabo recién estoy en mi primer año — Menciono Alaska.

Al ver que la noche estaba llegando decidieron volver a su sala común donde se despidieron y cada uno se fue por lados diferentes.
Harry estaba allí mirándola con cierta curiosidad a lo que ella elevó su ceja confusa esperando que dijera algo.

— Puedes decirme que sucedió realmente, porque estuviste distraída en el almuerzo? — Pregunto de pronto su hermano aprovechando tal oportunidad ya que estaban solo ellos dos.

— Tuve una extraña pesadilla, pero tranquilo ya estoy bien — Respondió la niña.

Harry la miro sorprendido ya que él también tuvo una pesadilla que lo despertó en medio de la noche. Él le dijo todo y ella igual, pero se dieron cuenta que eran diferentes pero que los llevaban a un mismo camino, por así decirlo.

— Que crees que sea? Porque habremos oído esas voces? — Pregunto Alaska dejando descansar su cabeza en el hombro de su hermano.

— No sé, pero no nos había sucedido hace tiempo recuerda cuando éramos más pequeños y tuvimos una misma pesadilla con una voz similar...crees que esté lugar tenga algo que ver con eso? — Pregunto Harry.

— No sé, pero tal vez debamos hablar con Dumbledore nuestro director.










[...]










Estaba un poco insegura pero no quería molestar a Hermione, la pobre debía estar exhausta desde la noche anterior por eso decidió cerrar sus ojos para descansar.

— No pasará nada — Se susurro ella misma.

Intentaba convencerse así misma para lograr dormir antes que fuese más tarde, mañana tenía clases otra vez y debía estar despierta porque sino se llevaría un gran regaño. 

Oyo risas que provenían desde afuera. Alaska se levantó de una cama que era desconocida para ella y salió hacia un patio.

— Mi pequeña princesa está aquí — Dijeron detrás de ella.

Al voltear sus ojos vieron las imágenes de sus padres y su hermano disfrutando de una linda tarde de verano.
Los tres le sonrieron incitando a que Alaska se acercara a ellos pero su madre pego un grito aterrador que la hizo voltear asustada.

NOO!!! — Grito Alaska cuando una sombra negra estuvo apunto de tomarla”.

𝐇𝐄𝐈𝐑𝐄𝐒𝐒 |𝐎𝐥𝐢𝐯𝐞𝐫 𝐖𝐨𝐨𝐝|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora