𝐇𝐄𝐈𝐑𝐄𝐒𝐒 |𝐎𝐥𝐢𝐯𝐞𝐫 𝐖𝐨𝐨𝐝|

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Las niñas se colocaron sus uniformes antes de bajar del expreso y tomaron sus cosas.

— Iré por unos dulces — Dijo Alaska a su amiga —. Quieres algo?

— Lo que compres está bien.

Alaska asintió con una sonrisa y fue en busca de le vendedora de dulces que estaba en el pasillo de atrás. Espero un poco para ser atendida y mientras lo hacía pudo sentir que alguien cubría sus ojos.

— Bienvenida otra vez señorita Potter — Sintió su aliento chocar con su cuello justo en su cicatriz haciendo que su piel se erizara por completo.

— Señor Wood — Menciono Alaska sonriendo.

Al voltear se encontró cara a cara con Oliver quien le sonrió. Por un segundo se mantuvieron quietos pero luego se abrazaron.

— Veo que has crecido un poco, enana — Se burlo Oliver.

— Es normal en una niña, en cambio tu sigues igual solo con el cabello un poco largo — Dijo Alaska burlándose de él.

— Aún así sigo siendo más alto que tú, enana — Ambos rieron un poco.

Hablaron hasta que Alaska fuese atendida, allí le obsequio un dulce a Oliver y regreso con su amiga con una sonrisa en su rostro.

— Adivino, Wood? — La otra niña asintió.

Hermione molesto a Alaska hasta llegar a Hogwarts dónde allí fueron a dejar sus cosas a su habitación.

— Crees que Harry y Ron estén bien? — Pregunto Hermione.

— Confío en los Weasley así que se que los traerán tan pronto como puedan — Dijo Alaska recordando que Ginny había avisado a sus hermanos para que hablarán con sus padres.

La niñas se dirigieron al comedor para el banquete de bienvenida y tomaron asiento junto a los de Gryffindor. Sorpresivamente faltaban algunos profesores y entre ellos el director Dumbledore.

— Estoy sospechando que mi tonto hermano y nuestro amigo pelirrojo tienen algo que ver con esto — Dijo Alaska rodando los ojos y luego dedicarse hablar con alguno de sus amigos de casa.

Neville contaba sus vacaciones junto a su abuela y que le tenía prohibido perder a su mascota este año. Seamus también les menciono un poco de su viaje con sus padres pero ya se había extendido de más y por eso las dos niñas prefirieron cambiar de tema entre ellas dos.

— Este año unos amigos de mis tíos vinieron a cenar y que crees... quieren que me case con su hijo cuando tengamos 18 años — Dijo Alaska aguantando su risa —. Pero mejor aún, Harry me dijo que un elfo se le apareció en ese momento y desde allí comenzó alborotar todo, no logre verlo pero estoy agradecida con él ya que gracias a ese pastel que cayo encima de esa señora estoy más que segura que no querrán volver a vernos nunca más.