El ambiente en el campo de tiro de Sion es denso, por todo el olor a pólvora, llevaba meses que no entraba a este lugar, pero el trabajito de Rhannie amerita este nivel profesionalidad. Tomo mi viejo revolver y apunto, lo siento pesado pero firme, siempre que lo uso siento como algo malo puede pasar en cualquier segundo, pero es como un viejo amigo para mi. Un tambor de 8 recamaras, un cañón de 15 cm y un peso de unos 3 kg, balas de punta hueca con un pequeño dispositivo qué, antes de impactar hace una reacción química liberando una especie de fluido al hacer contacto con el objetivo, se endurece y se hace tan pesado como una sandia. No quiero matar, solo inmovilizar, ese es el plan.
Rhannie está hablando con el señor Weaver. Él es un veterano de la guerra de Nueva Bosnia, un conflicto donde; Después de estudiar el viejo meteorito que cayó en ese lugar durante los años treinta, de confirmó que cambió al mundo, empezando la fusión de sus sustancias con los minerales terrestres, creando el Deuxemio finalmente. Para cuando descubren las propiedades del mineral extraterrestre ya las corporaciones querían capitalizar el mercado de la tecnología. Enviaron a las milicias privadas a minar y proteger los terrenos de extracción... Pero la avaricia humana puede más que el sentido común. Algún egoísta a la cabeza de una de esas corporaciones se le ocurrió la idea de invadir los terrenos de la competencia, iniciando una gran guerra. Ese momento en especifico, fue el Magnus Opus de la Avaricia Humana. El conflicto duró solo 6 meses, la razón del final de la guerra fue un esfuerzo mancomunado de todos los gobiernos vecinos para evitar que ese enfrentamiento se convirtiera en una cuarta guerra mundial.
Fue Hace casi 30 años ya y el viejo Weaver perdió un ojo, pero no se ha instalado nada por que es un terco y cree que es como la medalla de honor que nunca le dieron, en ese aspecto me parezco un poco al anciano. Así como sobrevivió volvió a casa. Regresó del infierno mismo y se montó este campo de tiro por su experiencia con armas.
El gordo se fue a pedir unos rifles en la tienda de Weaver para practicar y probablemente me termine retándome a una competencia... Yo, mientras, pienso en el eco de que a lo que más práctico con el revólver, más noto lo familiarizado que ya estoy con él. Disparo a cincuenta metros, sin problemas. Intento los cien metros y le doy en el centro de la cabeza al objetivo. ciento cincuenta metros y doy en todo el pecho del objetivo. Ahora me enfrento a los doscientos metros, ya es una cifra grande incluso para las balas de pistola de hoy en día, por lo menos las que no están destinadas a matar. Disparo y logro darle al objetivo en la rodilla derecha, así que pienso que puedo usar esa distancia para inmovilizar a un enemigo desde un lugar relativamente seguro. Después de recargar cada vez más rápido, los disparos de mi revolver se vuelven mas seguidos a medida que me acostumbro a manejarlo de nuevo. Mi arma no es como los de antes, aunque... Ya casi nada es como antes. El revólver es más rápido y ligero pero tiene ese estilo como las armas de los vaqueros de hace dos siglos atrás, tiene un grabado grisáceo en un metal rojizo sangre que me encanta. Mi hermano, en cambio, usa una pistola automática que puede disparar mil quinientas balas por minuto. Rhannie práctica con balas de alta velocidad, mortales sin mucho esfuerzo. Ya sabe que no debemos matar, pero él cree que si nosotros no matamos, nuestros enemigos no tendrán la misma buena intención y en parte, tiene razón.
-Aquí están -Me dice mientras camina hacia mi con una bolsa grande colgando de cada brazo- Nuestras armas.
-De practica -le respondo- Son de practica, no te emociones.
-Tranquilo Ghandi. Ya las compre para nosotros.
-¿¡QUE?!
-Si, lo que oyes. Ahora elige una, me da igual la que escojas, ambas las puedo usar de maravilla.
Cuando Rhannie abre las bolsas los veo. La primera tiene un Rifle semiautomático de riel, este mecanismo es muy conocido entre las fuerzas del orden en occidente, un alcance increíble y una precisión muy buena, a cambio de un sistema de cerrojo térmico que carga el tiro para poder ser utilizado en cualquier momento ó situación. El otro, un rifle inteligente de disparo eléctrico con muy mal alcance, velocidad impresionante y un poder de inmovilización magistral. Su sistema de disparo recuerda a un cañón de iones, pero en miniatura. Hay que cargar el tiro para tener un alcance optimo y más potencia de voltaje, mientras más carga, más caliente y tardado será el disparo, lo cual implica que es un arma de situaciones de sigilo o de fuego muy puntual. Un arma casi muda pero que se calienta a 5 disparos cargados y necesita tiempo para enfriarse antes de poder volver a funcionar.
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Ojos de Plata
Ficção CientíficaLos hermanos Rhyss, unos mercenarios de poca monta, se ven arrastrados a una aventura de superpoderes y una fuerza maligna que los quiere erradicar. El hermano menor de la dupla, Darnell, esconde un gran secreto dentro de si y es su misión el logra...