Ojos de Plata

Calma antes de la tormenta

El ambiente del estacionamiento del departamento de Lilith es árido, frio... Solo. No solo en el sentido de la falta de autos guardados, todo lo contrario, pero creo que soy yo el que siente el ambiente inhóspito. Lilith sale por la puerta del conductor y espera para que yo me arrastre cansado y mareado por su vigor al manejar para cerrar el auto.

Con el presionar de un botón el auto entra en un estado de seguridad virtualmente impenetrable. Las ventanas se oscurecen y la ruedas se contraen al punto de que el auto no puede moverse empujado. Ella va dando pequeños brincos que resuenan con sus zapatillas de tela en el concreto del suelo. Yo me uno a ella casi arrastrando los pies hasta el elevador y esperamos unos segundos para que este llegue y poder subirnos.

Mientras el motor del elevador nos sube, con un cable de hierro casi arcaico, ella tararea una canción que no logro definir del todo pero suena de los nuevos 30's. Al preguntarle me dice que en realidad es del '46 y yo le respondo con un "Ohh" que se ahoga cuando el elevador sale del último sótano del edificio y se eleva para enseñar el manto brillante de estrellas ahogadas en el mar de vidrio y concreto de la ciudad. Ella solo continúa tarareando con una sonrisa de medio lado que denota cierto gusto por estas vistas. Sus pupilas azules como el cielo reflejan las luces amarillentas y blancas del manto frente a nosotros como si fuesen pájaros surcando los cielos de su mirada. Yo solo me quedo pensando en lo hermosa que es ella mientras el elevador sube de pisos tan rápido como yo acelero mi corazón.

Después de algunos minutos disfrutando de el tarareo dulce de Lilith, llegamos a su piso, el 47.

-Perfecto -Digo burlándome en un tono calmo- Esperemos no haya un asesino calvo en tu departamento.

-¿Huh? -Me pregunta extrañada- ¿A que te refieres?

-Era un chiste para Alice. Es sobre un juego de hace casi cincuenta años.

Puedo escuchar como la risita de Alice se escucha en el comunicador de mi oreja derecha. Mientras caminamos noto como el olor a canela y manzanilla inunda el ambiente. Tras un simple movimiento con la mano, Lilith abre su puerta con el brazalete de su mano. De la nada una especie de programa de bienvenida. Recuerdo programar varios en mis días de "Trabajo legal" con tecnología. Estos procedimientos codificados aprovechan cada instrumento y aparato de una zona para crear diferentes ambientes, se puede activar una canción, poner a cocinar algo o hasta calentar el agua del baño. Todo con el simple abrir de una cerradura.

Lilith me guía dentro y me pide que le dé mi chaqueta para colgarla. Yo no dudo mucho y se la doy, pero ella de la nada se la lleva a la cara y la huele profundamente, después la coloca.

-Perfecto... -Vuelvo a acotar- Una pervertida.

-Papá... -Me susurra Alice- creo que estás mejor con los policías...

Yo me rio y le digo que se tranquilice. Después de cerrar la puerta con mi chaqueta colgando de ella me siento en el desayunador mientras Lilith se pone un delantal. Empieza a llenar una olla con agua y elige desde su pared una canción de Frank Sinatra.

-Si quieres ve a bañarte, estás todo sudado -Me dice ella- Yo mientras cocinaré la cena y me baño.

-Vale... -Le respondo con el corazón a mil pero sin hacerlo notar mucho- Trataré de no ahogarme allá dentro.

-Si te ahogas no tendré otra opción que hacerte un "Boca a Boca" -Me dice un tono pícaro.

-¿Y es necesario que me ahogue? -Le respondo con una sonrisa.

-Anda a bañarte... ¿O me harás que te desvista también?

-Ya quisieras.

Al entras al pequeño cuarto noto lo espaciosa que es la regadera. Las puertas son de vidrio. El espacio de la regadera es un cuadrado que divide el espacio en dos y dentro puedo ver un pequeño bando de plástico negro bastante a tono con las paredes blancas con toques de colores madera. Se parecen a los baños retro-japoneses que hay en el distrito de Xin Liu. Creo recordar bañarme con Tabris en uno de esos y...