Freno de mano.

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Caminé hacia el auto con un nerviosismo notorio en mi,  no podía creer lo que mi mejor amigo y mi guardaespaldas acababan de hacer, aún sostenía la mano de Ilusion y por más que caminaba por el pasillo del estacionamiento este nunca terminaba, las filas de autos se veían exactamente iguales para mí, mi cabeza era una mezcla de emociones que pedían a gritos salir, apreté un poco más la mano de mi acompañante y ella como siempre, entendió por lo que estaba pasando.

Simplemente se freno y yo también lo hice sin entender el porqué, y solo giré para poder verla.

— ¿Está bien señorita? Parece algo afectada — dijo y soltó mi mano.

— Estoy bien Ilusion, solo que yo había pensado que… bueno… que Diego era una buena persona… yo nunca lo vi actuar de esa forma...— baje mi mirada intentando retener las lágrimas.

—Señorita, en la vida nos topamos a muchas personas, y déjeme decirle que nunca va a terminar de conocerlas.

La miré y ella parecía bastante tranquila.

—Yo lo entiendo, pero, ¿Por qué el actuó de esa forma? — Dije pero las lágrimas me vencieron y ahora corrían por mis mejillas.

— Puede ser por muchas cosas, no conozco su relación, y mucho menos lo conozco a él, pero algo si le puedo decir, las amistades la deben fortalecer, llenarla de confianza, se trata de ser un equipo en las buenas y las malas, y de ser una segunda familia, y por lo que veo, el tipo ese no le brinda nada de esto.

— Tienes razón, incluso mi papá me dijo que él no me iba a dejar nada bueno — intente decir aclarando un poco mi garganta — Vamos a casa — la miré con un intento de sonrisa.

—Vamos a casa — repitió y está vez fue ella la que me guiaba.

Se ubicó muy rápido entre esa jungla de autos lujosos y sacó el seguro automático con la llave del auto, de nuevo se dirigió a abrir la puerta trasera pero la detuve.

— No — le dije mientras la miraba.

— Disculpe, había olvidado lo que me dijo antes — me sonrió algo nerviosa.

— Me refiero a que no iré atrás de nuevo — ella me miró extrañada y sin decirle nada más me dirigí a la puerta del copiloto y la abrí — Te acompañaré un rato aquí en frente.

Me senté e inmediatamente cerré la puerta, ella hizo lo mismo.

— Aprecio su atención — me sonrió mientras acomodaba el retrovisor.

— Y por cierto Ilusion, cambio de planes, no iremos a casa — le devolví la sonrisa.

— ¿A dónde iremos?— me miró confusa.

— A uno de mis restaurantes favoritos aquí en Monterrey, venden el mejor pastel de zanahoria, y un croissant de almendras que no, mejor ni te digo — dije y ella soltó una risa haciendo que me uniera a ella unos segundos después.

— Me parece bien señorita.

El sonido del motor inundó el lugar y ella le dio marcha al auto con dirección a la salida.

El camino transcurría tranquilo, no habíamos dicho otra palabra y creo que no era necesario, había una paz y una serenidad que no se siente en cualquier lugar, de vez en cuando miraba de reojo a la mujer que se encargaba de llevarme a mi destino simplemente por qué me gustaba ver su rostro, en realidad me gustaba ver todo de ella, la radio trasmitía canciones de mis artistas favoritos del momento y eso era un plus increíble.

— Señorita — voltee de inmediato a mirar a la castaña.

—¿Qué sucede?— ella me miró por un segundo y después regresó su mirada al frente

Todo estará bien (Connie)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora