Paseo nocturno

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Había sido un día largo en Cancún, tuve la oportunidad de revivir momentos únicos en mi vida, la playa, los restaurantes, el hotel, la comida, cada pequeña cosa me llenaba de nostalgia, también estuve más cercana con Ilusion.

Hablamos un poco más de su familia, de la personalidad obsesiva de su padre y el carácter explosivo de su madre, de su inexperiencia en muchos ámbitos personales y laborales, de la ausencia de su hermana en la familia y las dificultades que habían tenido para salir adelante, y yo le conté más acerca de la mía, del exhausto trabajo que había hecho mi padre durante toda su vida para llegar a dónde está hoy, de lo mucho que mi madre lo apoyó y quiso hasta el final de sus días, de lo mucho que yo aprendí de vivir en una familia exitosa, del trabajo y tiempo que me había costado forjar una buena relación con mi hermana después de la muerte de mi madre y un montón de cosas más que necesitaba que alguien completamente ajeno a mi escuchara para recibir una crítica o alguna opinión certera, pero ella no me pudo comentar absolutamente nada porque el chófer de mi padre nos había ido a buscar, así que decidimos dejar esa plática pendiente.

Nos encontrábamos en el hotel, según mi reloj eran las 8:14 p.m y estábamos bastantes cansadas por todo lo que habíamos hecho en el día, yo me encontraba recostada en mi cama, intentando leer una revista, y si, digo intentando porque mi mente todavía seguía reproduciendo la imagen de Ilusion divertiendose en la piscina y la playa mientras ella se daba una ducha en el baño de nuestra habitación, tenía rato que había entrado así que supongo que no tardaría mucho.

Aún era temprano por lo que quería preguntarle si tenía ganas de salir un rato a caminar por la playa o entrar a algún bar simplemente a pasar el rato.

Después de unos 15 minutos aproximadamente ella salió del baño con una toalla envuelta por todo el cuerpo y yo la miraba discretamente por encima de aquella revista, observé como se aproximó al clóset provisional que teníamos y comenzó a desordenar la ropa que ella misma había doblado recién llegábamos, antes de que sacará alguna prenda para dormir decidí comentarle mi plan.

—Oye Ilusion, ¿estás cansada?— le dije sin despegar mi mirada de la hoja en la que me había quedado.

—No mucho, ¿Por qué la pregunta?— Me dijo mientras paraba de escoger la ropa y me miraba.

-Queria saber si tenías ganas de salir un rato, podemos ir a un bar o simplemente podemos ir a caminar a la playa, es que es temprano y no tengo nada de sueño — Ella me miró con un brillo en los ojos.

—Como usted diga, solo me visto y saldremos enseguida— se levantó dispuesta a quitarse la toalla y yo me giré de inmediato, pude haber jurado que los ojos se me salían

—Para que te cambies tranquila voy a salir al balcón y me avisas cuando estés lista ¿Está bien?— dije mientras me levantaba y lanzaba a un costado la revista y me dirigía al balcón.

—Yo le aviso señorita— sonreí y deslice la puerta del balcón para salir, volví a cerrar la puerta para que Ilusion estuviera tranquila y  me recargue en los delicados barandales que adornaban toda la orilla del balcón, me puse a mirar el mar que parecía no tener fin, el oleaje tranquilo, el clima perfecto, la luna brillante, el cielo despejado, el mar hermoso, y yo feliz y plena, la brisa marina me alcanzó y cerré los ojos al sentir tal grado de relajación, supe que mi mamá estaba conmigo en ese momento y sonreí levemente, una vocecita que provenía del interior de la habitación me dio la autorización para poder entrar y eso hice.

Entré y el aroma del perfume de Ilusion inundó la habitación y la ví sentada en la que era mi cama, ella solo estaba ahí observandome, lista para hacer lo que yo le pidiera.

Todo estará bien (Connie)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora