Dante despierta luego de haberse desmayado al escuchar la trágica historia de Francesca y Paolo. Ambos poetas caminan ahora a través del tercer círculo en una cae una eterna y potente lluvia mezclada con granizo y nieve que al llegar al suelo lo convierte en lodo.
En este lugar se encuentran con Cerbero, el can de tres cabezas las cuales ladran con rabia con una potencia tal que ensordece a las sombras que allí son presas de la lluvia y de las uñas y colmillos de la bestia. Cabe resaltar que este Cerbero es más monstruoso que la versión de Virgilio, pues éste posee ciertos rasgos humanos, como una barba, una panza inflada y manos con uñas (en lugar de patas o garras). Cuando el perro tricéfalo divisa a Dante y a Virgilio, se torna amenazante contra ellos y les ladra, pero Virgilio recoge lodo del suelo y se lo lanza en la boca a Cerbero, el cual se calla y empieza a masticarlo.
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En este círculo las almas son sombras sin cuerpo y mientras los poetas continúan su camino se encuentran con un alma que asegura conocer a Dante, se trata de un hombre llamado Ciacco, el cual se presume que era un hombre que asistía constantemente a fiestas y banquetes para satisfacer su gula. Dante al enterarse de que esta sombra vivió en Florencia le hace tres preguntas:
I) ¿A qué llegaron (han de parar) los ciudadanos de la ciudad dividida de Florencia?
II) ¿Hay alguien justo?
III) ¿Por qué está invadida por tanta discordia?
Ciacco le responde en orden:
I) La primera respuesta es la célebre profecía sobre Florencia, la primera de la Comedia que trata sobre las peleas entre guelfos blancos y negros entre el 1300 y el 1302: después de muchas luchas ellas vendrán a la sangre y la parte salvaje (es decir los blancos) derrotará a la otra duramente. Después será esta otra parte a caer dentro de tres años y ascenderá la otra facción, gracias a la fuerza de alguien que ahora está indeciso (es Bonifacio VIII que en el 1300 es todavía neutral). Esta facción tendrá soberbiamente la frente en alto por mucho tiempo, manteniendo a la otra bajo un grave peso por más que llore y se indigne.
II) Solo hay dos justos y nadie los escucha: quizás más que a dos figuras reales se tiene que pensar al eco bíblico del episodio del Génesis donde Abraham tratando de salvar una ciudad destruida por la corrupción hace un pacto con Dios, buscando al menos cincuenta hombres "justos". Al final, si bien baje el número a diez, él no logra encontrar a nadie salvo a Lot y sus hijas.
Otra interpretación puede referirse al mismo Dante y a Guido Cavalcanti.
III) Soberbia, envidia y avaricia son las tres llamas que han encendido los corazones.
A continuación Dante le pregunta por la suerte de Farinatta, Tegghiaio, Jacobo Rusticucci, Arrigo y Mosca; a lo que Ciacco responde que se encuentran en el infierno y que los encontrará a medida que avance. Finalmente la sombra le pide al mortal que lo recuerde en el mundo de los vivos antes de torcer los ojos y caer nuevamente en el lodo.
Virgilio le cuenta a Dante que durante el Juicio cada alma retomará su propio cuerpo y escuchará su sentencia definitiva. Dante le pregunta si después de eso tendrán condenas mejores, peores o iguales y el poeta romano le contesta que cuando cosa es perfecta, por unión entre el cuerpo y el alma, todo sentimiento es intensificado tanto el bien como el dolor.
Así, ambos cruzan el círculo hasta descender al siguiente y se encuentran con el guardián del cuarto círculo: Pluto.
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