«Capitulo 60»

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Han pasado dos semanas, llegaba la hora de la despedida de Joe.
Ben no quería, no no, claro que no. Se negaba a despedirse de su amado y tener que esperar un año más.

- ¿Ya tienes todo? - Ben podría estar al borde de las lágrimas, pero él no es una persona que llora. Pero quizás en esta oportunidad, todos sus amigos (incluido Joe) lo vería llorar por amor. Mazzello asintió, estaba un poco infeliz, no quería volver a Brooklyn, le parecía algo tan injusto.

Los 2 años que estuvieron juntos, pasaron volando, ¿No podían tener un tiempo más?.
Mañana en la mañana se iría el pelirrojo.
- Ésta noche, quiero que sea eterna, que jamás se termine - comentó el menor con una sonrisa, Ben lo besó. Era uno de esos besos apasionados, con amor y romántico. Quizás un último beso así, oh, pobre Joe.

Salieron arreglados y se subieron al auto del Rubio, preparados para pasar su última noche juntos.

Llegaron a un restaurante de lujo, se veía bonito. Entraron Tranquilos y se habían sentado en una mesa de a dos, estaban tan felices.

Joe contemplaba a Ben una última vez, no paraba de ver su cabello. De seguro eso era lo que más iba a extrañar.
- Quisiera que sea para siempre - comentó el pelirrojo
- Hagamos que sea para siempre - dijo el rubio mientras sonreía.

El día había pasado más rápido de lo que ellos creían.
— ¿Te gusta mí cabello? — Ben se había tardado mucho en lograr un peinado perfecto
— se ve igual que siempre — respondió Joe mientras sonreía tranquilo. Estaban cenando pasta, como si fuera su primera cena en días.

Llegó el momento de despedirse, la pareja se encontraba en el aeropuerto con sus amigos. Joe Mazzello debía irse, habían sido dos veranos bastante largos y entretenidos, llenos de amor y amigos.
Pero debía llegar su fin.

— te enviaré cartas y mensajes de como estoy allí, no te preocupes — decía el pelirrojo mientras abrazaba fuertemente a Ben, con intención de no soltarlo
— haré lo mismo, quizás te regale algo. Uno nunca sabe — sonrió de costado el rubio y plantó un beso en los labios de su amado.

— espero que estés bien en Brooklyn, son muchos kilómetros y yo no iré de niñera cuando te visite eh — bromeó Finn, quizás eso extrañaría del azabache, ambos se abrazaron, y Finn palmeó la espalda de Joe.

— ¡Dios! ¡Me emocioné! ¡No me veas llorar! — exclamó Sadie con los ojos llorosos, ambos chocaron los 5 y se abrazaron, incluso Joe le extendió una servilleta
— no te preocupes, yo también estoy casi llorando — decía para calmarla.

— No llegué a conocerte mucho, pero hiciste muy feliz a Ben. Espero que puedan cuidarse a pesar de la distancia — habló Winona, el pelirrojo la abrazó.

Lucy sonrió apenada
— estos dos años han sido los mejores Joe, espero que te encuentres bien allí en Brooklyn. — comentó mientras chocaban caderas, este asintió divertido.

— mirá, en nombre de Gwil y mío, vengo a decir que más te vale que no engañes a Ben porque te las vas a ver con nosotros dos. Pero te vamos a extrañar, Joe Chikito — hablaba Rami entre risas y lágrimas, era una mezcla de ambos.

— Tranquilos, prometo no engañar a Ben, sino, entonces ¿Por qué estaría llorando? — dijo mientras se le dibujaba una sonrisa.

Una última vez, abrazó al grupo que lo integró, que dejó que se quede aquí y se sienta cómodo.

Se dió la vuelta, dejando pasar miles de lindos recuerdos por su mente y pasó a subirse al avión, para volver a su Brooklyn.

Porque él era el chico de Brooklyn.
Y Ben era su chico de Londres.

Fin.

𝘛𝘩𝘦 𝘉𝘳𝘰𝘰𝘬𝘭𝘺𝘯 𝘉𝘰𝘺 -𝘏𝘢𝘳𝘥𝘻𝘦𝘭𝘭𝘰-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora