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-mi amor, por favor -sentí las saladas lágrimas pasearse a lo largo de mis mejillas, logrando hacer un camino de ellas que terminaban en mi mentón para caer al suelo, y no me dolía el hecho de que estas se estuviesen burlando de mi para hacerme ver más débil, me ardía que ni aún así ella pudiera pensar en cambiar de opción. -me llamaste para arreglar las cosas
sus finos dedos limpiaron mi húmeda barbilla para luego acariciar esta. -pero eso no cambia el que ya no te ame, fargan -su voz intentaba ser lo más consoladora posible, pues evitaba elevar esta y usar palabras no adecuadas, pero no importaba el tono que ocupase, nada podía arreglar el vacío que sentía en mi corazón.-sólo quiero que no nos odiemos
mordí mi labio interior sintiendo este temblar debido a las esperanzas destruidas en el mejor momento, venia a ver a dulce con una felicidad envidiable, pues creía que esta vez si iba poder tratar de volver a amarme, pero estaba equivocado, y el venir sólo logró hacerme sentirme como un total imbécil, ya que me encuentro nuevamente arrodillado ante ella, pidiéndole que su corazón volviese a darme una oportunidad.
me estaba humillando.
-¿qué hice? -envolví sus dos manos mientras la miraba de manera suplicante. -siempre fui bueno en todo, nunca te hice pasar por un mal momento
-bueno en la cama no eras -sentí como una daga muy filosa atravesaba al completo mi corazón, ella se dió cuenta de ello ya que comenzó a acariciar mis mejillas para limpiarme de las centenares lágrimas que caían sobre ellas. -e-era broma, mi niño
-soy un idiota -dije finalmente, para ocultar mi asqueroso rostro hinchado debido al llanto, no quería que me viese en tal estado.
sentí su mano comenzar a acariciar los cabellos que desprendían de mi nuca, haciendo que fijara mi vista nublada en ella, y cuando se dió cuenta, me regaló una suave sonrisa, aquella que me volvía loco.
-fargan, no eres idiota
sus brazos me envolvieron el cuerpo de la manera más delicada que puede haber, como si en algún momento me llegase a romper su hermoso tacto, pero ella no sabía que ya estaba completamente destruido.
-sabes que la vida es así -puse mi mentón en su hombro, para así poder olfatear su dulce aroma, que daba honor a su nombre, sintiendo todo mi sistema nervioso desestabilizarse, pues sabía que era la última vez en hacer eso. -no siempre te casas con el amor de tu vida
"amor de tu vida"
∞
-¿sabe que lo vas a ir a ver? -negué con la cabeza mientras me retiraba la chaqueta policial para dejarla en mi escritorio.
auron me lanzó el mazo que tenía de juez para poder guardarlo en uno de mis muebles, recién habíamos tenido un caso en donde pudimos encarcelar al culpable, pero eso nos llevó un sin fin de horas peguntandole a los testigos mientras veíamos que las pruebas fuesen reales, en fin, una tortura enorme.
estaba totalmente agotado y ni ganas tenia de servirme un trago de alcohol, y más sabiendo que desde ayer ya no tenía alguna posibilidad de recuperar a mi esposa, pues los papales del divorcio ya estaban en manos de auron, por lo que no había vuelta atrás, además, ya estaba tratando de aceptar que dulce no me amaba, que no era el hombre de su vida.
cuando estaba a unos segundos de abandonar el local a mi casa, auron me comentó lo que alexby ayer me había anunciado, que hoy por fin debutaría en su trabajo como bailarín, y justo en el lugar en donde él trabajaba, por lo que tendría una gran reputación, y bueno, aquí estamos yendo hacia el famoso local donde veríamos a nuestro amigo bailar.
y no sabía la razón, pero me causaba nerviosismo el verlo de esa manera.
tan...¿sexy?
-será una sorpresa -dije mientras cerraba el ayuntamiento con llave.
una parte de mi agradecía internamente que el bar a donde íbamos no quedase tan lejos de donde nos encontrábamos, ya que si fuera así no creo que tendría las fuerzas para ir, lo bueno es que el pueblo de karmaland no era tan grande, teníamos todo a la vuelta de la esquina, por lo que el local no era una excepción. habíamos llegado luego de varios minutos, y cuando quise abrir aquella puerta de cristal para poder entrar, auron me agarró de la chaqueta para que no hiciese ningún movimiento.
-deja que me calme, estoy ansioso -empuñó sus manos y ahogó un grito ocultado sus labios con las primeras, yo lo encontré exagerado. -primera vez que lo veré con tanta gente
"tanta gente"
¿ya lo habrá visto antes?
-una vez me hizo un baile personal, y con sólo decirte que me dejó con la saliva hasta el suelo ya es suficiente
sentí mis mejillas elevarse de temperatura al igual que mis orejas al escuchar que me leyó la mente, y me era incómodo saber aquella confesión de mi amigo, pues no me imaginaba viendo a alexby bailarle a auron, así que miré rápidamente a la entrada del bar.
-v-vale -tragué saliva, intentado asimilar lo que estaba por ver y entré al famoso lugar sin avisarle a mi compañero.
mis oídos captaron la bella melodía que vibraba por todo el ambiente debido a los grandes altavoces que adornaban cada esquina, pero lo que más me dejó absorto en toda la noche, fue ver a mi mejor amigo presentándose en el escenario.
andaba vestido con un pequeña polera que le llegaba hasta el ombligo mientras que en la parte inferior usaba unos pantalones un tanto ajustados de color negro, para algunos era un atuendo ordinario, para mi, lo mejor que se haya creado para su cuerpo.
al iniciar, sus movimientos parecían una película sexual atrapante, pues hacía que tus ojos sufrieran un grato estímulo cada vez que sus caderas se movían de manera perfecta al compás de la canción, mientras que en tu rostro sólo se podía ver la deleitación que abundaba al ver con la facilidad que presentaba su complejo baile. sus manos viajaban desde lo más arriba que podían llegar hasta sus suaves muslos, mientras que sus labios se remojaban de manera agradable al gastar tanta energía en aquella actividad.
sentí un tambaleo completo en mi cuerpo en cuanto la canción se volvió un poco más agresiva que la anterior, haciendo que su baile fuese del mismo estilo. su mirada ahora era mucho más penetrante al igual que sus pasos, pues podía escuchar los sonidos de sus zapatos golpear el escenario, y cuando vi que su vista logró encontrar la mía y permanecerse allí, caí de manera milagrosa en una silla, aquello había sido lo más placentero de mi vida.
una pequeña y coqueta sonrisa se dibujó en su rostro en cuanto la canción que comenzó a sonar fue un poco más íntima, las luces se pagaron mientras dejaban encendida sólo la que se encontraba arriba de él, y cuando nuestra vista se dirigió a este, nos dimos cuenta que traía una tela con la que comenzó a juguetear para hacer de su espectáculo algo inolvidable.
la manera en la que fundía su cuerpo con el suelo del escenario, o como chocaba su pelvis contra sus manos de manera cautelosa pero a la vez excitante, sólo me hacía llegar una idea a la mente, y era bailar junto a su cuerpo, a solas.
y bajo las sábanas.
-madre mía -susurré mientras la canción se daba por finalizada y lo único que procedía era la contaminación acústica que hacía la gente con sus aplausos.
