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-no, no y no -sacudí mi cabello con desesperación debido que no podía superar que fargan me haya visto anoche, no me lo podía sacar de la cabeza. -¿por qué le dijiste que viniese?
-para que te vea, ¿no? -auron se comió una de las uvas que tenía para hacer las copas de alcohol de manera extravagante, no parecía preocupado ni mucho menos, que es lo que más me daba rabia.
eran las once pasado el mediodía, y yo me encontraba limpiando todos los vasos del bar debido a que ya estábamos por cerrar y me tocó a mí acotar aquella acción tan aburrida, y no demoraría tanto si los chicos que están en este momento en una esquina conversando se fueran, pero al menos tenía a mi mejor amigo para que me hiciese compañía durante mi limpieza.
-auron, tú sabes que me gusta -intenté hacerle entender la gravedad de la situación con la que estaba lidiando, él asintió y siguió comiéndose las uvas que no había pagado, eso fue suficiente para elevar mi temperamento. -¡auron!
-joder, no te voy a pedir disculpas -él también se había enojado, pero no tanto como yo, ya que él tenía más paciencia, sólo sus palabras cambiaron la gravedad, el tono seguía siendo el mismo. -te hice un favor, ahora te mira de otra manera
sentí mis mejillas comenzar a arder tras aquellas palabras, y debido al nerviosismo, la acción que estaba haciendo comencé a hacerla más rápida, para terminar luego con ello y de paso con la conversación, pues no me agradaba hablar del tema. -seguro me tiene asco
sentí sus dedos de improvisto en mi mentón, logrando que mis ojos se posaran en los suyos y no los apartara por nada en el mundo, pues su mirada era afilada, parecía enojado por las palabras que dije.
-no tienes que sentir asco por hacer lo que te gusta, mi cielo
sus facciones se relajaron y acercó sus labios a mi frente, para hacerlos sonar en un pequeño y corto beso mientras sonreía de manera suave, amaba que fuese tan gentil conmigo, que me tuviese tanta paciencia para tratar estos problemas que tenía conmigo mismo.
-estoy seguro que él sintió algo aquí
su dedo índice tocó parte de mi pecho donde se encontraba el corazón, yo me puse aun más nervioso que antes debido a eso, pero no me creía que por unos simples movimientos de baile le hayan desterrado los bonitos sentimientos que tenía por su esposa, y tampoco me quería ilusionar haciéndome aquellas ideas, sería sólo una pérdida de tiempo.
-y aquí -apuntó mi zona íntima mientras me miraba con una sonrisa coqueta, yo me alejé de él con la cara roja, no podía creer que haya dicho eso.
-serás imbécil
oculté mis rostro con las manos para que no viese lo caliente que estaba aquel, ya que sabía perfectamente que se pondría a reír, y dicho y hecho, comenzó a partirse los cojones mientras se ocultaba con el cuello de su camisa, cosa que logró hacerme esbozar una vaga sonrisa, lo que hizo que aquel ambiente tenso se transformara en lo más bonito.
