douze

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𝓽 𝓮 𝓺 𝓾 𝓲 𝓵 𝓪

𝓽  𝓮  𝓺  𝓾  𝓲  𝓵  𝓪

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-¡a-ah!

la presión que hizo mi mano logró que fargan soltase un grito agudo de sus labios, no pensé que fuese así de exagerado en estas situaciones, además, era su culpa, nadie lo mandó a que se peleara con dos personas que medían el doble de él, algo simplemente impresionante.

e idiota.

-alexby, p-para

dejé la nube de algodón en su ceja, para luego guiar su diestra hacia este primero y que lo mantuviese allí para que su sangre se coagulara perfectamente, así yo poder encargarme de sus labios, pues un camino de sangre se paseaba por sus comisuras.

este chico es un caso.

mi nueva bola de algodón bañado en alcohol fue a parar a sus cerezos de la forma más delicada que pude, para sellar la herida que había sido abierta por un puñetazo que le llegó en esta. lo que no me podía entrar en la cabeza, a pesar de que me lo había dicho tres veces, era la razón por la cual se puso a pelear con los chicos, ¿tanto va a ser su adicción con el alcohol que tuvo que golpear a alguien para que no se lo quitase?

fargan no era así.

-todo sería mucho mejor si no estuvieses sentado encima mío -se sinceró mientras miraba hacia otro lado, yo esbocé una sonrisa a la vez que guiaba una de mis manos hacia el lóbulo de su oreja para acariciarle, me gustaba verlo nervioso.

-me bajo si quieres -negó rápidamente con su cabeza, me causó ternura aquello, por lo que deposité, sin tener vergüenza alguna de mis acciones, un beso en sus labios, pero al saborear el alcohol, hice una mueca de asco disimulada. -como sea, ¿me vas a decir la verdadera razón de la golpiza?

-mmm -sus manos fueron a parar a mi cintura, acariciando levemente esta, yo fingí a duras penas que no sentía su tacto. -ya te la dije

abrí un poco más mis piernas, para así estar más cómodo en su regazo, y miré directamente a fargan, parecía embobado con algo, y como estaba mirando mi rostro, supuse que tenía algo en este. la enorme bulla no llegaba a entorpecer nuestros oídos, debido a que las paredes del cuarto de aseo eran muy gruesas, pero lo único que se me hacía raro en ese momento, era que ninguno de mis compañeros viniese a molestar por estar durando tanto en este.

-mentiroso -abulté mi labio inferior.

-joder, eres tan tierno -llevó sus labios hacia mi oreja, para suspirar en esta y hacerle sentir a mi interior el como se derretía ante él, pero justo en el momento en donde mis manos traviesas fueron a parar a su cinturón, cambió por completo su actitud. -dejé algo en el horno de mi casa

a loving dance ; fargexbyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora