Parte 5

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Había terminado de ducharme. Salí del baño y busqué en mi closet una falda color rosa con estampados de flores , una camiseta blanca holgada, una chaqueta de jean y unos zapatos blancos. Cepillé y sequé mi cabello mientras escuchaba música desde mi celular. Eran las 7:48am así que decidí apresurarme.

Antes de salir de mi habitación vi entre mi bolsa de maquillaje un lápiz labial color rojo cereza que tenía guardado. Me lo había comprado hace tiempo ya y nunca lo había utilizado. Dudé por un momento pero algo me dijo que debía utilizarlo. Me lo puse con cuidado procurando no manchar nada. Me observé en el espejo, y me gustó el estilo.

Salí por el pasillo y vi a mamá arreglándose en su cuarto.

-¿Vas a algún lado? Le pregunté.

-Me encontraré con unas viejas amigas, no me esperes despierta. Me dijo sin regresar a verme.

-Esta bien, saldré con Luca a dar una vuelta, nos vemos. Le dije cerrando la puerta de su habitación.

Bajé las escaleras con prisa y al salir lo vi reclinado sobre el auto de su padre.

-Estas preciosa. Me dijo alegre.

-Y tu te ves genial. Exclamé contenta.

Luca abrió la puerta y me dejó entrar.

-¿A dónde iremos?

-Sorpresa princesa. Dijo viendo hacia el frente. Sus cumplidos aún me hacían ruborizar. No dije nada más, solo me coloqué el cinturón y echó a andar el auto.

Llegamos a un callejón iluminado con poca luz. Nos estacionamos y nos bajamos. Había un letrero con unas letras que casi no funcionaban. Luca toco la puerta de metal y dos chicos altos y delgados se colocaron delante de nosotros.

-Palabras. Dijo uno de ellos con amargura.

-Buena rola. Dijo Luca levantando una ceja.

Ambos se separaron y nos dejaron pasar. Yo estaba algo asustada así que tomé su mano.

-¿Lista? Preguntó con una mirada seria.

-¿Lista para qué?

Me empujó a través de una puerta negra y aparecimos en lo que parecía ser una discoteca. Habían muchachos y chicas de nuestra edad, moviéndose y bailando con emoción por toda la pista.

-¡Lista para hacer que tus huesos vibren bebé! Exclamó gritando llevándome al centro. No pude evitar reír con fuerza mientras sonaba "shake it up- The cars"

Las luces rojas nos cubrían por completo y el sonido de los parlantes era tan fuerte que sentía como los dedos de mis pies temblaban. Luca me daba vueltas y hacía unos pasos de baile extraordinarios. La intensidad del baile fue espectacular. Yo sacudía mi cabello al ritmo de la música y movía la cadera.

Me acerqué a el y coloqué mis brazos alrededor de su cuello. Luca se sorprendió y pude sentir como su respiración se volvió pesada. Creí que no le había gustado así que los retiré inmediatamente, pero el me observó curioso, los volvió a tomar, colocó su mano en mi espalda y me acercó hacia sus labios.

Aquel momento fue único. Cerré los ojos y lo besé despacio, mientras sentía como todos a nuestro alrededor continuaban danzando.

Agarró mi mano y me haló fuera de la discoteca.

-¿Qué ocurre? Pregunté.

-Debemos ir a un lugar. Decía mientras avanzábamos hasta el auto.

Subimos y condujo durante unos 15 minutos. Llegamos a una colina muy bonita. Nos bajamos y nos sentamos en el capó. La noche estaba iluminada por la luna y las estrellas, sin mencionar que se podían observar todas las luces de la ciudad desde lo alto.

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