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Narra SooJin

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Si tuviera que hacer una lista de todos los recuerdos que tengo a lado de Jeon Soyeon, nunca terminaria...
Nuestra historia comienza en quinto de primaria, donde ambas cruzamos palabras por primera ves en el taller de musica, una pasion que nos unio mas de lo que pensamos.

Comenzamos compartiendo aquel taller, luego los recreos, hasta que nos percatamos que tambien teniamos una clase en comun... Gimnasia.

El tiempo solo fue testigo de lo cercanas que nos hicimos, no habia semana en que ella pidiera hacer una pijamada conmigo, o yo con ella, era una costumbre que agarramos con el tiempo...

Sin embargo siempre estuvimos en diferentes sintonias, las pijamadas para ella era un momento en donde se podia desahogar y expresarse con total comodidad, ya que siempre se encargo de recalcarme las sensaciones agradables que yo provocaba en ella, pero nunca fueron las sensaciones que yo queria.

Mis sentimientos cambiaron de rumbo sin previo aviso, al igual que mis intenciones, disfrutaba aquellos momentos intimos donde se paseaba en poca ropa por toda mi casa como si fuera su ya, amaba las declaraciones tan intimas que solo a mi me las decia, amaba sus manias que solo conmigo demostraba.

Si no hubiera propuesto la idea de hacer pijamadas para luego convertirlo en una costumbre entre nosotras, aquel momento nunca hubiera pasado.

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- Soojin, tengo hambre... - Un susurro salio de sus labios en la penumbra.

A pesar de estar cansada y sin ganas, solo me quede despierta para observar sus facciones pensando que estaba dormida, su voz me sorprendio pero no dude en contestarla.

- Son las dos de la madrugada, si mis papas nos ven me mataran... - Solte una risa al terminar la frase.

- ¿Y que quieres que coma...? - Levanto su espalda del colchon y la recosto en el respaldar. - ¿Acaso no tienes hambre?

Aún en la oscuridad de mi habitacion me sente en el colchon y sonrei traviesa, de todas formas no podia verme.

- Puedes comerme a mi... - Relami mis labios sonriendo y segui. - Y si, tengo hambre... de ti.

- Carnivora... - Una risa nerviosa se escucho a continuación, pero eso no me detuvo.

Me sente mejor y mas cerca de ella, recostandome tambien en el respaldar.

- No contestaste mi propuesta... - Sonrei al ver como escondia su rostro entre sus manos.

Apoye mi mejilla izquierda en su hombro y de manera rapida deje un beso en la parte descubierta de este, resiviendo una reaccion instantanea, lo unico visible para mi era las ondas en su cabello ya que la luz de la luna las iluminaban, pero su rostro se mantenia en la oscuridad.

No se necesito decir nada mas ya que un beso timido se deposito en mi mejilla derecha a esas alturas no nos importo invadir el espacio de la otra, su nariz acaricio la misma mejilla y dejo otro beso en esta, seguido comenzo a dejar roces en los bordes de mis labios, terminando por dar uno completo sobre ellos, el cual respondi gustosa.