Capítulo 1

2.1K 154 56
                                    

Se relamió los labios, observando la figura de Lit Killah a lo lejos. Su idea había sido acertada, el platinado había ido esa noche a descargar el estrés; y nunca antes lo había visto lucir tan jodidamente bien como ese día.

Las ganas de ir, tomarlo de la cintura y empotrarlo contra una pared mientras le devoraba los labios y lo escuchaba gemir su nombre, eran tan grandes como el culo del mismo, que se moría por amasar con ambas manos y dejar rojo de mordidas y nalgadas.

Pero eso estaba fuera de su alcance desde que lo había rechazado hace tan solo unos años, cuando su "heterosexualidad" le impidió darse cuenta de lo que tenía en frente suyo.

Ahora debía limitarse a verlo de lejos, besando a una mujer que no lo merecía.

En realidad, nadie merecía al de cabellos platinados, siquiera él.

Inhaló y exhaló, preparado para acercarse, porque pese a que lo había rechazado hace unos años, ambos eran todavía grandes amigos, y Ecko haría hasta lo imposible para no perder eso.

—Matiii —sonrió ampliamente el menor cuando vio llegar al más alto, quien sonrió y alzó la mano, saludándolo y luego haciendo el típico saludo de manos con este, antes de ver a su actual novia, quien pese a que le sonrió, se notaba disgustada por la interrupción, y solo se limitó a saludarlo con un pequeño hola. —No sabía que ibas a venir.

—Yo tampoco. —confesó, medio en broma— Pensaba quedarme en casa, pero Paulo me llamó y no pude resistirme a salir un rato.

—Oh... —el menor se notó sorprendido— No pensé que Paulo y vos fueran tan cercanos.

—Bueno, a mi también me sorprendió, pero acá estoy. —Amplió su sonrisa y pudo ver al menor desviar la mirada, ¿Fue idea suya o se había ruborizado? No supo la razón de la verguenza ajena, pero se permitió disfrutar la imagen.

—Me alegra, espero que te diviertas.

Ojala Spallatti no hubiera tenido que ver como abrazaba de la cintura a la chica, pegándola más a él. Tuvo que tragarse cualquier muestra de molestia y mantener su sonrisa.

—Bueno, los dejo, voy a buscar un trago... —Lit le sonrió y, tras despedirse, el más alto fue a la barra, pidiendo un "sex on the beach". Mientras esperaba el trago, llegó Paulo.

Ambos se saludaron con ánimo, antes de que finalmente Ecko hiciera la pregunta que tenía guardada desde que el otro le llamó.

—¿Qué es lo que me tenías que decir? —ese era su verdadero motivo para estar allí. Le llamaba la atención que Londra no le hubiera dicho lo que le tenía que decir por llamada. Debía ser serio si quería decirlo en persona.

—Al punto, ¿Eh? —Antes de decir nada más, el trago de Ignacio llegó y Paulo pidió un fernet cola, empezando a hablar solo cuando se lo entregaron y pudo darle un trago, como si así fuera más sencillo. —Bueno... Tiene que ver con Lit.

Decir que no se lo esperaba, sería mentir; no encontraba otra razón para que Paulo quisiera hablar con él, la conexión entre ambos era su gran amistad con Mauro.

—¿Qué pasó? —preguntó, ignorando el trago antes pedido, con la curiosidad recorriendo su cuerpo y poco a poco empezando a ser opacada por la preocupación.

—Bueno... —inhaló y exhaló, era difícil decir algo así, buscaba un modo sensible de decirlo, una manera de empezar, pero notando como poco a poco los ojos del más alto empezaban a teñirse con preocupación, el rubio habló. —Su novia lo está engañando. —dijo, finalmente— La vimos hace unos días saliendo de un motel con otro chico. Y después en un bar... —hizo una pequeña pausa antes de seguir, juntando aire— Escuchamos su conversación y, parece que solo está con Mau por... bueno, ya sabes.

Matías tuvo que pedirse algo más fuerte, porque le fue difícil procesar aquella información.

Era la primera vez que el menor estaba en una relación tan duradera como aquella, pues llevaban más de un año juntos y varias veces había visto los ojos brillantes del menor mientras la miraba. Más allá de desear ser a quien Lit viera así, se sentía feliz por saber que el otro era feliz, pero al parecer todo era una falsa felicidad, y su novia no era más que una oportunista.

Siempre supo que ella no lo merecía, que había algo tras esa chica que realmente no era bueno. Primero creyó que eran solo celos, pero no era así; debió darse cuenta antes de que su detector de gente falsa se había activado. Porque era así, de tanta gente oportunista que se cruzaba en su camino, ya sabía identificarlas a simple vista.

—¿Lit lo sabe?

Paulo dudó, y Matías enarcó una ceja, curioso porque este hubiera dudado antes de responder.

—Si, pero no... —el rubio suspiró— Todos se lo dijimos, pero no nos cree, dice una y otra vez que vimos mal, que nos confundimos... Es más bien como que no quiere creernos.

Suspiró, sonaba tanto a Mau que no le sorprendía.

—¿Y trataron de mostrarle alguna prueba o algo?

—Dijo que sino lo veía él mismo no lo iba a creer, y quisimos mostrarle una foto pero se negó a verla, dijo algo de que confiaba en ella y no sé qué más.

Ecko se bajó prácticamente todo el vaso del nuevo trago que había pedido, limitándose solo a hacer un pequeño gesto ante el ardor.

—Hablaré con él. A lo mejor puedo hacerlo entrar en razón.

—Bien, no sé si vas a poder lograr algo, pero suerte.

El más alto asintió y fue en busca del de cabellos platinados.

Haría lo que fuera con tal de que este entrara en razón. 

Querido amigo [Litcko]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora