ㅡPapá, ¡mira Somi sonrió!ㅡ. Hyungwon miró a la bebé que a pesar de estar dormida, sonreía cada tanto. Acarició su suave mejilla, sonriendo.
ㅡDebe estar soñandoㅡ le dijo a su hijo, quien asintió y puso un dedo entre los deditos de su hermanita, esta los apresó inmediatamente. ㅡSe parece a tiㅡ dijo, despeinando el cabello de Minkyun con una mano recibiendo una risita.
Mientras Hoseok descansaba en la habitación, Hyungwon y Minkyun cuidaban a Dasomi que estaba acostada en un moisés que tenian en la sala. La bebé había resultado bastante calmada, aunque cuando lloraba lo hacía muy fuerte, tenía los pulmones de Chae.
Tenía la piel pálida, demasiado, sus piernas y brazos eran largos, sus orejitas sobresalian ligeramente, sus labios eran esponjosos, su naríz redondita en la punta y sus ojos grandes con pestañas largas. A esto sumandole un color rosita en sus mejillas y la punta de su naríz. Y además tenía un lunar a un lado del ombligo, al igual que Hoseok.
Dormia todo el día y cuando despertaba solo quería comida. Según Minkyun y Wonho, era idéntica a Hyungwon, aunque este lo negara una y otra vez.
ㅡTrae tu mochila que en un rato vendrá tu tío Seok a buscarteㅡ demandó Hyungwon, señalando en la dirección en la que el cuarto de su hijo está. Minkyun asintió emocionado y se levanto del suelo, corriendo hacia su habitación.
Minkyun iría a jugar a la casa sus primos y se quedaría hasta la mañana siguiente. Había estado emocionado y hablando sobre lo que haría allí toda la mañana y la mitad de la tarde. Guardando juguetes y disfraces en una mochila, la cual era lo exageradamente grande como para que él quepa en esta. Regalo de Minhyuk, claro está.
Hyungwon miró a su hija y, con cuidado, la tomó. Se veía tan pequeña entre sus brazos, tan frágil y tan... indescriptible. La sensación de tener a tu bebé en brazos después de haber esperado tanto tiempo no es más que felicidad y amor hacia esa personita tan bella, la prueba viviente de que el amor logra maravillas. Sus hijos lo eran.
Su relación con Hoseok tuvo altos y bajos, peleas y reconciliaciones. Sufrieron por el pensamiento negativo de otras personas, pero aún así lograron salír adelante. Inclusive casarse y tener dos hermosos hijos. Tenía todo lo que había pedido y más.
Meció a Somi y besó su cabecita, abrazandola en su pecho. Sintiendo ese olor que solo los bebés tienen. Su cuerpito calentito y su manito aferrada a la tela floreada de su vestidito.
ㅡPapi...ㅡ susurró Minkyun a su lado. Explotando su pequeña burbuja, inmediatamente sonrió y lo miró.
ㅡ¿Si, bebé?ㅡ preguntó. Min señaló su mochila que yacía a sus pies y la cual arrastró desde su cuarto.
ㅡNo puedo encontrar mi gorra de Kaonashiㅡ dijo, haciendo un puchero. Hyungwon rió por lo tierno que se veía, se levantó del sofá y caminó hacia el cuarto de su hijo, siendo seguido por este.
Se acercó a un librero que había en una esquina del cuarto y sosteniendo a Somi con un brazo, hurgó en una caja de plástico en las que solían guardar los juguetes de Kyun. Luego de unos segundos de revolverlo todo, sacó una pequeña gorra con el dibujo de Kaonashi.
ㅡTen, guardaloㅡ le tendió la prenda. Cerró la tapa del contenedor y salió del cuarto, apagando la luz.
Apenas llegó a la sala, la bocina de un auto lo asustó. Se acercó a la ventana y corrio la cortina, afuera había un gran Mercedez negro, era Hoseok.
ㅡKyun, vino tu tíoㅡ dijo, girandose hacia su hijo quien se habia puesto la gorra sobre la cabeza y se miraba en el espejo que había en la entrada. Minkyun se dio vuelta y corrió hacia su gran mochila y con una fuerza que ni siquiera si padre sabía que tenía, la levantó y caminó de vuelta hacia la puerta, esperando a que la abrieran.
Hyungwon soltó una carcajada al ver lo emocionado que se veía su pequeño. Se acerco y abrió la puerta, Minkyun salió corriendo hacia afuera inmediatamente, saltando en los brazos de su tio.
ㅡ¡Enano!ㅡ dijo el castaño, llenando de besos la cara del hijo de su amigo. Chillando con una voz aguda y distorsionada que solo él podía hacer.
ㅡ¿Y el tío Yoonie?ㅡ Preguntó el niño, una vez que logró alejarse de los labios babosos de su tío.
ㅡEstá en el auto, creo que está dormidoㅡ. Hoseok bajó al pequeño y mientras este se subía al auto, el mayor se acercó a su amigo para saludarlo.
ㅡ¡Somi!ㅡ chilló Hoseok, acercandose hacia la bebé con una sonrisa de oreja a oreja. Hyungwon la acercó más a su pecho, escondiéndola.
ㅡEs mia, compadreㅡ sentenció, cual niño pequeño que no quiere compartír un juguete nuevo.
ㅡPendejo... ¿Todo bien con Wonho?ㅡ preguntó. el pelinegro, acariciando la suave mejilla de Dasomi.
ㅡSi, está algo adolorido por la cesárea, pero fuera de eso está bien. La bebé duerme casi toda la noche y rara vez se despierta.ㅡ dijo, embobado por la sonrisa que apareció el el rostro de su hija.
ㅡSe ve tan felíces desde que nacióㅡ. Hoseok sonrió, apretando el hombro de Hyungwon, intercambiaron miradas y una voz infantil ronca gritó desde el auto.
ㅡ¡Papá, vamos!ㅡ ambos voltearon, en una de las ventanas traseras estaba Taehyung, hijo de Hoseok y su esposo, Yoongi.
ㅡYa va, Taeㅡ respondio Seok, volteó y abrazó a su amigo, despidiendose con la promesa de hacer que su pequeño pase una noche espectacular con su primo. Caminó hacia el auto y subió, giró la llave encendiéndolo.
ㅡ¡Adiós tio!ㅡ gritó Taehyung, saludándo desde la ventana. Minkyun se asomo e hizo lo mismo. Hyungwon sacudió una mano, despidiendose y se quedó allí hasta que el auto desapareció al doblar en una esquina. Miró a su bebé, sonrió y se dió la vuelta para entrar a la casa.
Caminó hacia la habitación principal, en la cama, vestido solo con ropa interior y una playera blanca, dormía Hoseok, abrazando un peluche de abejita, que le pertenecía a su hermano menor.
Dejó a Somi en su cuna, acomodó su vestidito, la arropó, le puso su chupón y luego de asegurarse de que estaba bien, se acercó a la cama.
Lentamente, se recostó en esta, justo detrás de su esposo. Pasó un brazo por su cintura, con cuidado de no tocar donde estaba la cicatríz de la cesárea y puso su cabeza en el hueco entre el hombro y el cuello del mayor. Aspirando el aroma que su cuerpo desprendía.
Cerró los ojos y asi disfrutando de esa increible paz que flotaba en la casa, cayó dormido, abrazando a su amado esposo.
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