Lo último que Stacy quería ver al llegar al edificio de su apartamento era a otro motero. Sus hombros se tensaron cuando notó al hombre apoyado en una motocicleta negra de espalda a ella. Por un momento, pensó hacer algo tan infantil como quitarse la zapatilla y lanzarla en su cabeza. Mataría dos pájaros de un solo tiro: sus pies dejarían de doler y su enemigo sería eliminado.
Su mente era un caos, un revoltijo de recuerdos de lo ocurrido ese día. La amenaza no implícita de Taylor sobre el caso de Steve; Annie con su máscara de alegría que era tan falsa como los pechos de la señora Williams; Creep saludando con obvia familiaridad al gorila de Monkey's Bar... y Patrick con su afirmación de que la haría tener dos orgasmos antes que él llegara a su liberación.
Ignorando su deseo de quedarse dentro del taxi, de mala gana salió del vehículo. La motocicleta y su dueño se ubicaban justo frente a la puerta del edificio. Stacy se preguntó si los vecinos ya habían llamado a la policía. Cuando estuvo a un metro de la motocicleta, notó que el motero era más desgarbado que Patrick y que la motocicleta no era la misma.
Nate.
En ese momento, Nate se giró y la miró fijamente. A diferencia de la mirada de hace unos días donde solo se veía deseo, ahora solo la veía con interés... como si ella tuviera en el rostro las respuestas a todas las preguntas del universo. Stacy también lo miró con detenimiento, ¿ese ojo morado estaba allí cuando lo conoció? Podría jurar que no.
—¿Qué te ha pasado? —preguntó Stacy con la boca abierta. El golpe que le dieron fue tan duro que el ojo izquierdo estaba totalmente cerrado. La herida fresca.
El chico se encogió de hombros. —Me pegué con la perilla de la puerta.
—¿Estás diciendo que tu novio te golpea?
El motero rio con humor y sacudió la cabeza. —Creo saber la respuesta.
—¿Qué respuesta? —preguntó Stacy, más confundida que nunca.
—La jodida razón por la que le gustas al jefe.
—¿Gustarle a Patrick Quinn? Lo dudo mucho.
—¿Crees que me ha enviado a reparar el auto de una mujer antes?
—Sí, seguramente sí. ¿No es ese su modus operandi?
Nate rio mucho más fuerte. —Hace unos minutos, antes que llegaras me preguntaba, ¿quién es esa maldita Stacy? ¿Por qué demonios Patrick me ha puesto una paliza solo porque la he mirado? Luego te vi y recordé que Annie te llamó por ese nombre en la fiesta del club. Aunque resolví mis dudas, otras más surgieron. ¿Desde cuándo los gustos de Patrick cambiaron tan radicalmente? ¿Es una crisis de los treinta o qué? Pensé que eran polos opuestos, pero un minuto contigo y lo entendí todo.
La abogada arqueó una ceja. —¿Qué has entendido?
—Ustedes dos son tan parecidos. Verás, te contaré rápidamente algo. Cuando lo conocí yo trabajaba en el taller mecánico de mi padre. —Nate sacó una caja de cigarros y le ofreció uno a Stacy—. ¿Gustas uno?
—No, yo no fumo.
—¿Te importa si enciendo uno?
—Adelante.
El chico tatuado hasta el cuello encendió su cigarrillo y después de darle una calada, preguntó—: ¿En qué parte me quedé? Ah, sí. Mi padre era un mecánico... deshonesto. Arreglaba los autos pero de paso cambiaba las piezas buenas por unas de mal estado. Cuando mi padre iba a arreglar un auto de Patrick, le advertí que él no se veía como los demás clientes y que con él fuera correcto.
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Complicated
RomancePatrick es el presidente de los Demonios del Infierno, el club de motociclistas más peligroso de Atlanta. Él es salvaje, rudo y mal hablado. Con un cuerpo hecho para pecar, ojos azules y un magnetismo sexual único, puede conseguir a cualquier mujer...