Patrick entró a la habitación de Daniel justo cuando la enfermera le limpiaba suavemente la boca con una servilleta y recogía el recipiente vacío de su desayuno.
—Pat, ¿no sabes tocar? Pudiste haberme encontrado en una situación comprometedora —dijo el chico con el cuerpo vendado por completo.
El motero fue directo hacia la silla de madera al lado de la cama que Zak había colocado para las visitas del chico. Esperó a que la enfermera se marchará antes de decir—: Sería una posibilidad si no tuvieras el brazo derecho roto y la mano izquierda con tres dedos fracturados.
Daniel hizo una mueca, luego miró a Patrick con sospecha. —¿Pasa algo? Te noto... diferente.
—¿Apenas notas mi nuevo tinte? —bromeó el presidente.
Una débil sonrisa se formó en los labios de Daniel, no era la primera sonrisa desde que despertó, pero sí la primera sincera. —Desde que me trajiste del hospital no habías venido. ¿Has estado ocupado con los asuntos de club?
—Sí. —Patrick se recostó en la incómoda silla y estiró las piernas a todo su esplendor—. Desde que desapareciste descuidé mis asuntos en el club. Muchos pedidos se juntaron y ahora es una locura para intentar cumplirlos.
—Cuando fuiste al hospital te veías diferente... ¿Feliz? Ahora pareces cansado. ¿Hay algo más?
Patrick arqueó una ceja, preguntándose si el chico era demasiado perspicaz o si intentaba distraerlo de la plática que llevaban atrasando demasiado tiempo.
—Bueno, cuando fui por ti estaba feliz de llevarte de regreso a tu casa. El club no era lo mismo sin ti. Fue un alivio regresarte a donde perteneces. Pasé muchas horas en el hospital junto a Zak, y aunque Creep se hizo cargo de muchas actividades de Zak, hubo algunas que no pudo cumplir. Esa es la razón de mi cansancio.
—Ya quiero salir de esta cama. —Se quejó el chico—. Quiero ayudar con los asuntos de club.
Daniel como prospecto no conocía los detalles más sórdidos de los Demonios, pero era muy bueno en contabilidad y Patrick le permitía ayudarle con los libros de algunos negocios legales para entretenerlo.
—Deberías estar más preocupado por posiblemente perder el año escolar —Patrick alargó la mano para abrir la ventana más cercana y luego poder fumarse un cigarrillo—. Yo puedo encargarme de la contabilidad por un tiempo.
El chico asintió con desgana. —Creí que iba a morir, Patrick.
La declaración de Daniel tomó desprevenido a Patrick, le dio una calada al cigarro para contener el estremecimiento de aquel recuerdo.
—Yo también creí lo mismo —admitió—, pero no cualquiera sobrevive a lo que tú has atravesado... dos veces.
—Patrick, me das un crédito que no merezco. Apuesto a que si Zak o tú hubieran estado en mis situaciones podrían salir sin un rasguño.
—No somos invencibles. Una pelea en desventaja pueden ganarla muy pocos, pero muchos menos pueden engañar dos veces a la muerte y vivir para contarlo. —Patrick observó cómo los cardenales en su rostro comenzaban a desaparecer—. ¿Sabes también a qué he venido?
Daniel apartó la mirada, susurró un débil—: Supongo.
—Sé que es difícil para ti, pero necesito saber la verdad.
—No recuerdo mucho, me emboscaron fuera del centro comercial y perdí el conocimiento.
Sam había confirmado eso desde el primer día que fue ingresado al hospital, las heridas decían la verdad. —Pero sabemos que sí recuerdas todo lo ocurrido antes. —El presidente le dio una larga calada a su cigarro—. La mayoría de mis hermanos sufrieron graves heridas intentando rescatarte, el golpe a los Jinetes aún sigue trayéndonos consecuencias. Los rusos dejaron de vendernos armamento, los mexicanos repentinamente aumentaron los precios acordados... las zorras del club y prospectos ya han sumado dos más dos.
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Complicated
RomancePatrick es el presidente de los Demonios del Infierno, el club de motociclistas más peligroso de Atlanta. Él es salvaje, rudo y mal hablado. Con un cuerpo hecho para pecar, ojos azules y un magnetismo sexual único, puede conseguir a cualquier mujer...