-Creí que solo era una coincidencia, pero ¿un glitch? No me lo puedo creer...
______, una chica empática y fanática de FNAFHS queda atrapada por una causa desconocida dentro de su serie de internet favorita. Nuevos amigos, misterios, enemigos y ¿qué...
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(𝚃/𝙰): 𝚃𝚞 𝚊𝚙𝚘𝚍𝚘.
𝙲𝙰𝙿Í𝚃𝚄𝙻𝙾 𝚇𝙸𝙸: 𝙰𝙿𝙾𝚈𝙾
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—¡Ah!— Me sobresalté. —¿Pupp-t-t-tú?— Corregí inmediatamente alarmada.
—Ya nos hemos visto ¿recuerdas?
—Sí. Gracias, apropósito, tiendo a ser despistada y a veces olvido cerrar mi mochila o se me abre sola— giré mi cabeza para que no viera la expresión que hice por ese comentario tan estúpido que dije.
—No te preocupes, que bueno que pude avisarte antes de que perdieras algo más.
—¿Algo más?— La miré confundida. —No recuerdo haber perdido... —Me mostró un cuaderno con mi nombre mientras me sonreía con una ceja alzada. —¡Oh, sopas con pollo!— Exclamé alterada y traté de agarrar el objeto, pero ella lo alejó de mi alcance.
—Nope— dijo divertida. Abrí mi boca para pedirle que me lo devolviera pero la cerré cuando me mostró una página con un dibujo... De ella.
Miré el dibujo preocupada, y subí mi mirada lentamente para verla. —Puedo explicarlo.
—No tienes qué— regresó la vista al cuaderno y cambió de página. —Me gustó mucho este dibujo que hiciste de mi hermana y de mí.
—Sí, me gusta dibujar a Mai por su larga cabellera— desvié la mirada apenada.
—Nunca mencioné su nombre.
Abrí los ojos como platos y comencé a sudar. (¡Rayos!). —Aaaaah, lo oí por ahí— traté de excusarme.
—Mmmh— vio las demás páginas. Después de un rato, me devolvió el cuaderno.
—Gracias, y perdón Puppet pero debo ir a casa— agarré dicho cuaderno y me puse de pie. —Gusto en finalmente conocerte, saluda a Mai de mi parte y de paso a Chica— me despedí con un gesto mientras caminaba sin dejar de ver hacia el frente.
No escuché respuesta de ella y cuando salí del parque solté un gran suspiro de alivio.
—No puede ser— me di un par de palmadas en mis cachetes. —Siento que hice el ridículo. Ahora sucederá lo que temí. Me considerará loca, tal vez por eso no quiso despedirse ¡agh! Y ya casi expongo lo que sé. ¡Y no debería ser así!— Seguí lloriqueando dramáticamente hasta llegar a la zona segura que es mi casa.
Al día siguiente...
—No dormí ni m*erda— dije desganada mientras caminaba encorvada, similar a un zombie.
