𝕮 𝖆 𝖕 𝖎́ 𝖙 𝖚 𝖑 𝖔 7

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Harry estaba con su mejor ropa. Lamentablemente era ropa grande y no había encontrado un hechizo para escogerla.

Draco no dijo nada, pero se veía incomodo y algo molesto. Esa ropa se notaba a lenguas que era tallas más grandes y eran horribles, aunque era comprensible que Harry no tuviera sentido de la moda si vivió años con esos muggles.

Al no soportar, dijo: "definitivamente debo prestarte ropa, de esa manera no saldrás"

Harry se miro en busca de algo que estuviera mal. Lo único de la ropa era lo ancho que estaba y la correa que ajustaba el pantalón. Para Draco eso estaba mal.

Esto no ocurrió, no pudo prestarle ropa porque el profesor Gaunt había venido por Harry siendo informado por un prefecto.

Tom esperaba en la sala común siendo mirado por jóvenes Slytherin. Cada uno tenía expresión de temor, respeto y confusión. Tom recordó ver esas expresiones en los abuelos y padres cuando sus planes no habían cambiado, ahora simplemente se encargaba de darle una buena educación a las generaciones futura. Pero había veces que se preguntaba porque no seguía con sus planes.

Ver a su hijo presentarse ante él con una sonrisa le dio la respuesta a sus preguntas.

James y Harry. Ellos eran el motivo y era lo mejor.

Aunque en ese momento tenía el ceño fruncido por la ropa que le presentaba su hijo.

No era de su talla, ni siquiera las zapatillas rojas eran buenas. Tom tomó nota de comprar ropa a Harry, ropa digna de su hijo y sin olvidar de comprarle cosas que el joven necesitara, más como Severus siendo el profesor de su hijo.

Draco también bajo. Tenía una mirada de anhelo. Anotó mentalmente decirle a Lucius que fuera a Hogsmeade o a Hogwarts en su chimenea para que vea a su hijo.

"Pa...profesor Gaunt, estoy listo" estaba emocionado. Sería la primera salida con su padre a pesar de que era por motivos médicos. Sería un momento padre e hijo.

"Puedes decirme papá, excepto en clases" fue cálido ver a su hijo feliz.

Claro que Harry no fue el único que escucho esas palabras. Otros estaba sorprendidos. Una mirada de Tom basto para mantener a los estudiantes con los labios sellados.

Esto no saldría de la sala común, después de todo Tom tenía la ultima palabra. Se creía que por sus venas se corrían la sangre de Salazar Slytherin sólo por su apellido.

Si era verdad, Harry era el príncipe de Slytherin y debía ser protegido.

Harry asintió. Lo único que hizo fue despedirse de su amigo que parecía conflictivo consigo mismo.

Su padre rodó los ojos y empujo a Harry ligeramente hacía la salida. Los niños eran extraños, aunque él nunca fue normal.

(...)

Harry caminaba tomado de la mano con su padre. Tenía once años pero eso no significó que no disfrutara de aquellos pequeños detalles al enterarse que era hijo de otro mago.

Quizás exageraba, pero Tomo, su padre y profesor, era amable, cariñoso y atento con él. Tampoco olvido como hablo con la recepcionista.

Fue carismático y encantador. La recepcionista hasta se sonrojo. Harry sabía que su padre era así, aunque nunca vio esto con otros profesores. Fue un lado que no conocía de este gruñón y enojado profesor.

Pensó que esta encantadora personalidad enamoro a su padre James, eso era seguro. Quería saber como se conocieron y como termino todo, pero primero tenía una cita con el sanador.

El Secreto de James PotterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora