𝕮 𝖆 𝖕 𝖎́ 𝖙 𝖚 𝖑 𝖔 1

27K 1.7K 779
                                    

Harry miro a su alrededor con una fascinación única.

Desde que llego al mundo mágico, que siempre fue ajeno a su vida, lo maravillo de tal manera que no quería irse. Sin embargo, temía que no fuera suficiente para este mundo y lo lanzaran a patadas para volver a la horrible casa de los Dursley.

Se dijo a si mismo que sería un buen niño, que haría su mejor esfuerzo para sacar buenas notas y hacer la vida mejor a los profesores, aunque lo dudaba. Sus profesores estaban insatisfechos con su desempeño, pero no era su culpa. Si sacaba mejores notas que su primo, tendría represalias en forma de gritos, golpes y sin comida por una semana. Con tal de tener una mitad de un pan duro, estaría feliz siendo un niño lo que sus tíos esperaban.

Pero esta vez sus familiares no estaban.

La profesora encargada de llamar a los estudiantes, lo miro con una leve sonrisa antes de decir su nombre.

"Potter, Harry"

Se puso nervioso al escuchar su nombre a igual que los murmullos que aumentaban cada vez preguntándose quién sería el niño en esa pila de primeros.

Camino hasta el taburete teniendo las miradas de él. No le gusto llamar la atención, eso era una paliza garantizada de su primo.

Un profesor buen mozo lo miraba con ojos verdes parecido a los suyos. Sentía que algo se adentraba a su mente y alejo la vista. Era incomoda la sensación.

Se sentó y el sombrero seleccionador tapó su cabeza hasta los ojos. No olía bien.

"Con tantas cabezas que pasan en mi estarías igual"

Harry murmuro un 'lo siento'

"¿Qué tenemos aquí? El príncipe de dos casas" no sabía a lo que se refería, Harry no se sentía especial para ser un príncipe. Era un anormal. "Nunca he tenido la necesidad de enviar a un estudiante en ambas casas ¿Gryffindor o Slytherin? Veamos, mhm, hay valentía, aunque sólo lo suficiente para sobrevivir. Si, ambición para demostrar lo que uno puede llegar, oh, pero no hay competitividad..."

Harry se mantuvo callado. Sentía que no quedaría en ninguna casa y volvería por donde vino.

"...sin embargo, hay alguien que te protegerá. Oh, los Slytherin protegen a los suyos. Bien, bien, ya se dónde iras"

Y entonces, el sombrero grito "¡Slytherin!" que hubo silencio hasta que la casa nombrada aplaudió.

El menor se sacó el sombrero. La bruja lo miro con tristeza y apurado, fue a la mesa de su casa que se sentó en un lugar desocupado frente de un rubio que lo miraba con una sonrisa.

Muchas palabras de bienvenida, otros sólo miraban con incredulidad. Harry no escucho porque estaba nervioso,

Slytherin, según le dijeron era donde los malos iban. Y lo que estaba seguro, perdió a su único amigo que lo miraba si no importara.

Harry estaba en modo automático. Acato cada norma sin chistar, aunque lo encontró agradable porque todos se protegían entre si y no debían estar solos.

Debían dormir a las nueve. Hay un grupo de estudio que era vigilado por un estudiante mayor o un prefecto. Si tenían dudas, podían ir con el jefe casa. Cada uno tenía una habitación, sin embargo, había una sala común que se compartía con otros tres, muy diferente a la sala común donde estaban todos los Slytherin.

Fue raro, ya que el rubio que vio antes se acercó y se propuso a si mismo como su compañero. Hubo otros dos y estando en la sala común que sería para ellos, todo fue extraño, a su parecer.

Cuatro cuadros, unos sillones y una chimenea. Harry camino hasta el cuadro del fondo ignorando a los otros tres que lo miraban como si fuera un espectáculo. Por lo menos no actuaban como Ron en el tren que le hizo mostrar la cicatriz que ocultaba con el cabello.

"Sabes, se que no empezamos bien, pero es mejor mantenernos juntos" ojos grises lo miraron con un brillo de esperanza.

Se dijo a si mismo que debía dar una oportunidad por más que no le gusto el actuar de alguien, algunos eran diferentes a lo que mostraban.

"Está bien"

El rubio se acercó. "Como dije antes, soy Draco Malfoy"

"Harry Potter"

Draco no extendió la mano, se sentía mal por lo de antes. Harry lo noto en su mirar.

"Si, si, todo lo sabemos" dijo uno de los chicos acercándose. "Blaise Zabini, el de ahí es Theodoro Nott. Un gusto"

"Igualmente" respondió por cortesía. Era incomodo, muy incomodo porque no conocía a las personas con cuales conviviría.

Llegando a la hora de toque de queda para los de primero, decidieron entrar a sus habitaciones elegidas hace unos momentos mientras conversaba en un incómodo ambiente.

Harry vio unas palabras escritas en el marco del cuadro.

Heredis Anguis

No sabía lo que decía, pero no le importo. Quizá después descubriría lo que significaba.

Cuando dijo esas palabras, desaparecieron y el cuadro lo dejo pasar. Guardo estas palabras en su memoria para no tener problemas.

Dentro de su habitación había una cama (notablemente cómoda según vio Harry), un escritorio con las plumas y tintas que compró. Un mueble para la ropa que al abrirlo tenia la capacidad para colocar más de cien ropas. Algunos cuadros y un estante con algunos libros cuales no eran suyos. Encima de la cama había implementos para su uniforme que tenía el diseño oficial de la casa que pertenecía.

Un regalo, se dijo.

Nunca en su vida había tenido la oportunidad de tener su propia habitación ¡Tenía baño propio! Bueno, Harry lloro de la emoción y se lanzo a la cómoda cama.

Tan necesario.

El Secreto de James PotterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora