PERDIDA

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Cap II:

No sólo no estaba en el dormitorio de las chicas. ¡Estaba en la estación del tren! Todos los alumnos arribaban a Hogwarts mientras yo aparecía a mitad del césped y evidentemente a nadie pareció extrañarle aquello; todos somos magos... es natural.

Por lo que veía, un nuevo ciclo estaba por comenzar... quizá únicamente retrocedí un año. Un año no representaría ningún problema si el giratiempo no estuviese prácticamente hecho polvo.
¡Se destruyó! ¡Destruido por completo! Y ningún hechizo funcionaba para repararlo.

Recogí todas las piezas al tiempo que corrí a ocultarme. De un momento a otro podría verme quien fuera o podría verme a mí misma y eso no debía pasar. Desesperada, consideré ir a ver a Dumbledore o a McGonagall... como dije, un año no resultaría un problema. Podían solucionarlo con un movimiento de varita, quizá resulte terriblemente castigada, pero no podía dejar correr el tiempo sin más.

Caminé en dirección al castillo, no sé que me ocurre, generalmente no me fijo en cosas superficiales... pero la ropa con la que llegaban algunos de los chicos era extraña, muy extraña. Algunos venían con prendas fuera de lugar, otros portaban ya el uniforme. Comencé a entrar en pánico al notar sus miradas hacia mí... ¿Y si la que estaba fuera de lugar era yo?

Evidentemente sí, lo estaba.

¿Y si ya me habían visto caminar por ahí y ahora volvían a toparse conmigo?

Quizá podría ser peor... ¿y si no retrocedí simplemente un año? ¿y si esta no era ni siquiera mi época?

Apresuré mi paso al castillo hasta topar accidentalmente con dos muchachos. Alcé mi rostro para disculparme y me topé con la misma mirada glacial de siempre, la del profesor Snape... No obstante... ¡Parecía tener mi edad! ¡Imposible!

No supe que decir.

Me quedé helada.

—Fíjate por dónde vas...

—¡Vamos Sev! No asustes a la pobre chica...—Intervino el otro.

¿Sev? ¿Sería el diminutivo de Severus?

Indudablemente, lo era. Y lo confirmé al ver la larga cabellera rubia del chico que iba con él. Si el muchacho que tenía enfrente era mi profesor, este debía ser Lucius Malfoy.

—Lo siento. —Oculté el rostro para que no pudieran recordarme jamás en sus miserables vidas y escapé de ahí.

¡Estaba en su época de juventud!

¡MALDITA SEA!

Eso quería decir que los padres de Harry debían estar por ahí... Sirius, el profesor Lupin... ¡Por Merlín! ¿En qué año estaba?

Sostuve mi cabeza con ambas manos, esto ya era más que un problema grave... no podía permanecer tanto tiempo aquí, ya había interactuado con dos personas, aunque no fuese nada relevante no podía ir por ahí entablando amistad o enemistad con todos...

Traté de respirar con tranquilidad, incluso creí haberme alejado lo suficiente.

—¿Estás bien?

Una mano delicada se posó sobre mi hombro. Volteé a verle alterada y me topé con la chica más hermosa que había visto en mi vida. Era delgada, rubia y con facciones finísimas; portaba un vestido negro elegante, el cabello estaba recogido en una media coleta y usaba flequillo.

—No. Bueno, sí. Gracias.

Su belleza perturbaba. ¿Cómo podía ser tan bonita?

Intentó detenerme colocando nuevamente su mano en mi hombro.

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