OTOÑO

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Capítulo IV:

Solía pensar en el otoño como una estación cálida, a pesar de todo el frío que siempre hay en nuestro país, no obstante, las hojas apenas comenzaban a caer y yo veía todo el panorama gris.

—¡Amo los días así!—Exclamó Narcisa.

—¿En serio?—Pregunté sorprendida—¿No te parecen deprimentes?

Me asomé por la ventana de uno de los pasillos sin entender que podría tener de bueno un día como este.

Narcisa negó con la cabeza.

—Me gusta mucho el aire fresco, puedes usar la ropa que desees... puedes tomar bebidas calientes y se siente diferente al resto del año. También puedes dar abrazos más seguido cuando hace frío.

La miré sonriente... de verdad era una chiquilla adorable. No entiendo porqué al verla como la mamá de Draco me causaba tanto miedo.

Caminamos hacia los jardines mientras ella no dejaba de hablar de las cualidades del otoño que la hacían feliz; ella tenía razón en muchos aspectos... comencé a peguntarme porqué nunca antes me había puesto a pensar en esos detalles, quizá comenzaría a valorarlos más.

Nos despedimos y ella tomó su camino, al poco tiempo fue interceptada por Lucius y caminaron juntos... "Ahí va ella, con el chico al que abrazará con la excusa de tener un poco de frío." Pensé.

Sinceramente me dio un poco de envidia. ¡Yo no podría aplicar esa técnica aunque me lo propusiera! Recordé inmediatamente a Ronald y enfurecí. Ese chico me hacía enojar aunque estuviéramos años, literalmente, apartados. Si yo llegaba y le decía a Ron que tenía frío, lejos de abrazarme o prestarme su abrigo me diría: "¿Y qué esperas que yo haga?"

Junté las cejas y hundí mi barbilla en mi bufanda.

"Maldito Ronald" mascullé.

—¿Quién es Ronald?

Me exalté. Por suerte se trataba de Andromeda.

—¿Es tu novio?

—¡No, no!

—Ah está bien... si es el chico que te gusta, no diré nada... ¿de qué casa es?

—Es un chico de mi anterior colegio... pero yo no le gusto.—Expliqué—Estoy molesta porque no me ha escrito.

Creo que suena como una excusa razonable, debió ser así porque me creyó completamente.

—Oh, no te preocupes Claudie... seguro que escribirá.—Intentó animarme.—Pero si no lo hace... seguro que aquí hay algún chico que valga la pena...

Andromeda me guiñó un ojo.

—Lo que menos me gustaría es hacerme ilusiones con alguien, menos pensando en que me iré.

—Nadie dijo que te tenías que enamorar guapa... tienes quince años, intenta pasarlo bien.

Me dio un poco de vergüenza considerar dicho consejo, yo nunca había pensado de esa manera... y sinceramente, no lo haría pues me aterraba imaginar que en el futuro podría toparme con alguna persona en especial.

Platicamos un poco más sentadas cerca del lago, Andromeda era mi única amiga además de sus hermanas pero, como ella me había advertido, trataba de mantener mi distancia con ellas.

—Cuando quieras te presento a mi primo Sirius... es lindo y no es como el resto de mi familia, te caerá bien. Está en Gryffindor.

—Gracias pero no hace falta...—Me sonrojé.

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