Temporal.

SELECCIÓN

Cap. III:

Hablar con Dumbledore me había dejado confundida... Yo había depositado toda mi esperanza a que me regresaría a mi época en cuanto le explicara lo que había sucedido. Afortunadamente, entendió que fue un accidente, no obstante, debí imaginar que tendría un castigo... aunque más que un castigo, parecía un reto. ¿Para qué me querría Dumbledore aquí?

Conseguir el giratiempo por mi propia cuenta no sería nada sencillo. Mi única solución hasta ahora, era robárselo a Lily Evans y ni siquiera estaba segura de que ella tuviera el suyo en este año escolar. Caminé por los pasillos hasta dirigirme al gran comedor divagando en cómo lograría sobrevivir aquí sin ropa y sin dinero, realmente quería echarme a llorar. ¿Mis padres sabrían dónde estaba metida? Yo esperaba que si. Si esto afecta el futuro, Dumbledore ya debió haberles comunicado...

—¿Señorita Granger?

Me giré inmediatamente al escuchar a la profesora Minerva llamarme por mi nombre. Parecía molesta.

—¿Sí?

—Explíqueme específicamente con quienes ha interactuado desde que llegó.

No quería hablar de eso pero era inevitable. Le expliqué a lujo de detalle con quiénes había convivido y cuáles fueron las palabras exactas que crucé específicamente con cada uno de ellos acentuando que mi mayor preocupación era Severus Snape pues se convertiría en mi profesor en el futuro.

La maestra McGonagall me miró boquiabierta. Supongo que a este punto de la vida, no se imaginaría que uno de sus alumnos de quinto año se convertiría en un intimidante profesor.

—¿Y fue usted tan insulsa como para darles su nombre real?

Entré en pánico.

—Profesora... es que yo... no sabía qué hacer. Mi nombre brotó de mi sin que pudiera controlarlo, además, no creí que ninguno de ellos lo recordaría para el futuro.—Jadeé un instante intentando evitar llorar.—Es que realmente creí que en un par de horas estaría de regreso.

Las lágrimas brotaron sin que yo pudiera evitarlo, ahí en medio de los pasillos vacíos, me lamentaba por haber sido tan irresponsable y rogaba a la maestra me perdonara por cometer semejante error aludiendo a que había traicionado su confianza.

—Tranquilícese, señorita. Lo hecho hecho está, lo importante ahora es ayudarla a afrontar su año escolar aquí. No será sencillo.

Yo limpié mis lágrimas y asentí. Tenía razón.

—Gracias.—Mascullé.

—Por lo pronto, diríjase al gran comedor y prepárese para su selección. Deberá sentarse con los chicos de nuevo ingreso.—La profesora me ofreció una túnica y continuó.—Utilice esto y espere por más indicaciones, la buscaré en su sala común cuando todo esto termine.

Asentí un poco más tranquila mientras ella se retiraba ondeando su túnica; procedí inmediatamente a cubrirme con lo que me había otorgado y me dirigí al gran comedor.

La luz estridente me cegó por un momento, me acostumbré al ambiente inundado del típico bullicio de los estudiantes y miré hacia todos lados esperando reconocer algún rostro. No conocía a nadie de Ravenclaw, mucho menos de Hufflepuff. Únicamente reconocía a algunas personas de Slytherin y la mata de cabello rojo que pertenecía a la mamá de Harry.

La curiosidad me invadió de momento. Busqué por todos lados al que debería ser el padre de mi mejor amigo y sonreí al reconocerle. ¡Eran idénticos! Era un chico con el cabello alborotado, un poco bronceado seguramente por el verano y con anteojos similares a los que usa Harry. A su lado, se encontraba un chico con el cabello ondulado que no dejaba de hablar y sonreír... iba a mirar más pero debía darme prisa e incorporarme a los de nuevo ingreso.