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A la mañana siguiente me desperté la primera de todas. Las chicas son demasiado dormilonas, así que me vestí y fui directa a la habitación de mis padres.

- Hola - dijo mi madre al abrir la puerta de su habitación.

- Hola mamá - dije mientras que le daba un abrazo.

- ¿Y las chicas? - preguntó mi padre cuando me vio entrar a la habitación.

- Hola papá, no se han despertado - dije mientras que le daba un beso.

- Pues despiertalas para ir todos al circuito que tenemos muchas cosas que hacer en el circuito - dijo mi madre mientras que se terminaba de arreglar y tu vístete mejor Marta que vas a trabajar en un gran puesto.

- Vale mamá - dije mientras que volvía salir de la habitación.

- Pero toma - dijo mientras que me daba una camisa con el logo de DORMA.

- Gracias - dije y salí de la habitación.

Fui directa a mi habitación para ponerme un vaquero, unos tenis menos cantosos de los que tenía de hacer deporte y ponerme la camisa.

- CHICAS - grité entrando en la habitación.

- Ya estamos lista tranquila - dijo Rosa saliendo de la habitación.

- Vale, me cambio y nos vamos - dije mientras que entraba corriendo a mi habitación.

- ¿Nerviosa? - preguntó Rosa entrando a la habitación.

- No, todo genial - dije mientras que me ponía la camisa.

Salimos de la habitación y mis padres y mi abuelo ya nos estaban esperándonos.

- Buenos días chicas - dijeron los tres a la vez.

- Hola abuelo - dije mientras que le daba un abrazo.

- Querida - dijo dándome un beso  en la frente.

Fuimos a desayunar mientras que en el desayuno las chicas se pusieron a halar con mis padres y yo con mi abuelo.

- Cariño, que sepas que vas a hacer mi mano derecha desde hoy hasta que se pueda, no vas a tener ningún problema con nadie, llegará un momento que los equipos no van a estar de acuerdo con algunas decisiones que tomemos pero no te preocupes por ello - dijo mi abuelo.

Terminamos de desayunar y fuimos hasta la recepción para esperar el coche que nos teníamos que llevar. Esperando mientras que todos estaban hablando, mi abuelo con gente de los equipo al igual que mis padres, mientras mi madre hablaba con las chicas. 

- Vámonos chicas - dijo mi padre acercándose para buscarnos.

Nos levantamos y fuimos caminando hacia la entrada del hotel.

- Uy perdón - dijo alguien que me había dado sin querer.

- No pasa nada - dije, levanté la cabeza y allí estaba él. Su sonrisa de cerca era más bonita.






~Forbidden love~ Alex Márquez Donde viven las historias. Descúbrelo ahora