Capítulo 2.

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Jin:

El reloj esta marcando las 8 de la noche, por lo cual me encuentro limpiando el mostrador mientras tarareo una canción, Jimin se une haciendo lo mismo mientras sigue fregando los platos.

La puerta del establecimiento se abre y temo que es un cliente que bien no leyó el letrero de cerrado u omitió la importancia de esté.

–Lo siento, ya cerramos...–Levanto la mirada.

–Rayos, yo quería un frappé.– Sonríe Jungkook mientras se sienta en una de las sillas que están junto a el mostrador

–¡¡Jungkookie!!–Viene corriendo Hoseok y se hecha sobre su espalda.

–Escuche la voz de un hermanoooo...–Sale Jimin de la cocina mientras se seca las manos con una toalla.– ¿Que hay Jungkook?–Se saludan.

–He decidido pasar por ustedes.– Juega con la silla.

–¿A qué te refieres? –Me quitó el mandil.

–Pues que vamos a una fiesta.– Contesta mientras me sonríe divertido.

–Yo si quiero ir, ya me hace falta distraerme un poco, el fin de semana me la pasé en clases.–Dice Jimin mientras se soba el cuello.

–Oh, hablando de escuela no se supone que deberías estar pendiente de ello.– Molesto a Jungkook

–Ohhh vamos Hyung, solo será por hoy, además nunca sales a fiestas con nosotros.–Se queja mientras se pone de pie y pasa un brazo por mis hombros.– Será solo un rato y después nos vamos a casa.

–Anda Jin, quiero ir a bailar un rato.–Hoseok me mira emocionado.

Estos chicos tratan de convencerme con su mirada de niños. Así que cierro los ojos tratando de ignorar a el trío de tontos que ahora mismo me toman de los brazos.

–Vamos Hyung, por mi.– Dice Jungkook con voz de niño.

–Jinnie, vamos a bailar.– Hoseok mueve mi brazo mientras hace berrinche.

–Andaaaaaa...–Jimin hace lo mismo.

–¡No puedo tengo planes!–Respondo mientras abro los ojos.

–ahhhh...–Se quejan y los tres bajan la cabeza.

–Tal vez después.–Camino a los vestidores, mientras me siguen.

–A mi se me hace que nos estás botando por una chica.–Dice Jimin señalándome, lo quedo viendo mientras lo fulminó con la mirada.

–¿Nuestro Hyung sale con una chica?–Pregunta Jungkook asombrado y luego sonríe.

–Jimim siempre lo está diciendo, debe ser por algo.–Hoseok se quita el mandil, también lo fulminó de la misma manera.–¿Que?.–Sonríe divertido.

–Debe ser con la chica por la que siempre se la pasa pegado en el mostrador todas las mañanas.– Jimin se ve en el espejo y se acomoda el cabello.

–Oh, si la he visto, es bastante linda.– Hoseok se pone la chamarra negra que traía en la mañana.

–¿Y cuando piensas presentarnosla Hyung?–Jungkook sigue el juego de molestarme, y sigue con esa sonrisa sínica.

–Idiotas.– Los veo irritado mientras cierro mi casillero, los tres se ponen a reír.

Salimos del establecimiento una vez Hoseok cierra.

–¿Y bien?– Pregunta Jungkook.

–Ya les dije que tengo planes, de verdad lo siento, les prometo invitar a comer pizza para la próxima.

–Pues tendrás que comprar para 6 porque Yoongi, NamJoon y Taehyung también estarán ahí y querían verte.– Jungkook mete las manos a la bolsas de su chaqueta.

–Bien.–Pongo los ojos en blanco.– Nos vemos mañana chicos.

–¡Hasta mañana Jin!–Se despiden Jimin y Hoseok.

–Nos vemos Bro.–Me abraza Jungkook.– Nos vemos pronto eh.–Asiento y seguido nos separamos para que los tres caminen juntos.

Saco mi teléfono celular y busco el contacto de T/N para llamarla mientras tomo el autobús a su casa.

–¿Hola?–Dice T/N mientras me contesta la llamada.

–Hola enana.– Le digo tratando de molestarla.

–Tonto, ¿Ya vienes?

–Por supuesto, llegó en 15 minutos.

–Me parece perfecto, apresurate.– Cuelga.

Después de un camino, algo apretado por la gente que va de regreso a casa. Llegué a la casa de T/N, le mandé un mensaje para que saliera y así fue.

–Hola, ¿Estas listo para cantar a todo pulmón?– Me pierdo un momento en ella, se ve tan linda con cualquier cosa que se pone. Ahora mismo quisiera estrecharla entre mis brazos.– Jin...

–Claro que si.–Vuelvo en si.– Andando.– Camino mientras ella se queda atrás.

–¡Oye! Espérame! –Se queja mientras oigo sus pasos para tratar de alcanzarme.

–No tengo la culpa de que tengas unas piernitas y que por cada paso que doy, tu das como diez.– La molesto un poco.

–Es que nadie puede alcanzar a un poste andante.– Me molesta también.

–Ja!– Ambos nos echamos a reír.

Una vez llegamos a el lugar, nos metimos a la sala que habíamos rentado, nos sirvieron alitas y unas hamburguesas, junto a dos sodas, T/N puso un par de canciones y se puso a cantar.

Una vez me tocó a mí, puse la canción perfecta que escondida en un juego de Karaoke había querido dedicarle a T/N.

Mientras la canto las luces se tornan de colores rosas y morados.

Ella solo me mira divertida y se levanta a bailar mientras yo sigo cantando

Por momentos como este es que, a veces siento que vale la pena guardar silencio, no dejar que ella descubra el revoloteo de las polillas que siento cada vez que veo su brillante sonrisa. Siento que es inalcanzable, temo perderla, perder momentos como estos por qué tengo aún más miedo de que ella se sienta incómoda.

Pasamos de canción en canción, bailando y brincando como locos ,jugando con algunos globos y gafas que rentamos.

Sin duda, está es uno de los mejores Lunes que he tenido

Un café para llevar | Caramelo Macchiato Donde viven las historias. Descúbrelo ahora