El viento frío corre por Seúl, la gente va apresurada por las calles, el sonido de los autos se hace presente.
Los locales levantan las cortinas de estos para abrir paso a los clientes que gustosos van a hacer sus compras.Y de nuevo tenemos el café, testigo de sonrisas, llantos, y uno que otro susto.
Los meseros sirven en las mesas ocupadas, y la fila de la gente que va de paso se hace cada vez más grande.Nuestro querido cajero ya no está, ni el alegre mesero, tampoco el chico que conseguía incontables números telefónicos. En su lugar hay más estudiantes trabajando de medio tiempo.
T/n da un paso dentro del café, inhalando el dulce aroma de un desayuno, y el café recién hecho. Observa el lugar y con melancólica da un vistazo de nuevo a la caja, pero obviamente él no está ahí. Camina a una mesa que está al fondo y observa la pequeña carta del lugar.
El mesero se acerca a tomar la orden, con una sonrisa tímida, y se aleja de ahí. Por un momento t/n cierra los ojos, y recuerda los días apresurados en los que corría de la parada de autobús hasta aquí para ordenar un café y como "cortesía del lugar", decía Kim SeokJin un desayuno dentro de una pequeña bolsa de papel.
Aún puede recordar cuando lo conoció, siempre había trabajado ahí, llegó con un grupo de amigas a tomar un café después del instituto, y el torpe mesero le regó un poco de café sobre su uniforme.Totalmente sonrojado le dio un par de reverencias y le ofreció un pañuelo para limpiar, luego se quitó el delantal y le ofrecio su sudadera color rosa para que no se fuera con el uniforme sucio.
T/n suelta una pequeña risita y se cubre el rostro con ambas manos con tan solo recordar eso.
—Sentimos tardar tanto.– La voz de su esposo interrumpe sus pensamientos trayendola de nuevo a el presente.
—¡Mamá!– La voz de su pequeño hijo la llama, mientras da unos pequeños aplausos con sus manitas, propias de un bebé de año y medio.
—Pense que me iban a dejar plantada, par de chicos malos.– Sonríe.
—Taeyang no se quería poner las botas.– Jin se queja soltando un suspiro y sentándose, mientras carga a el niño.
—Te dije que no le gustaban.– T/n extiende los brazos para que Jin le de a su hijo, este se levanta y le pasa al bebé.
—¿Ya pediste algo?– Ella asiente.– ¿El famoso café?– Jin sonríe mientras alcanza la mano de ella y entrezala sus dedos.
—¿Deberíamos pedirlos para llevar?– Ambos sonríen cómplices de sus recuerdos.– ¡Joven! –T/n llama al mesero y este se acerca.
—¿Si señorita?–Jin y ella ríen un poco.
—Mejor que sean los dos cafés para llevar.
—Y tres desayunos de waffles con crema batida también.– Jin interrumpe a T/n y voltea a verla.– Siempre se te olvida desayunar y ahora me estás contagiando a mi.
—Si, enseguida le traigo la orden.– Se marcha el mesero.
Jin observa a T/n, su reluciente esposa, cargando a su tan adorable niño de año y medio.
—Te amo t/n...– Dice Jin dejando salir un suspiro a su vez.
—Yo te amo mucho más.– Le responde ella y ambos se acercan uno a otro para terminar en un beso.
Fin.
ESTÁS LEYENDO
Un café para llevar | Caramelo Macchiato
Fanfic¿Cuántos de ustedes han sentido polillas en el estómago? Si, polillas, de esas que revolotean para alcanzar la luz, la luz que emite esa persona especial, la luz que sale de su corazón y alma. ¿Nadie?. Bueno, Jin siente polillas, felices polillas, c...