Capítulo 8.

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Jin:

El fin de semana había transcurrido demasiado bien, y es que nunca había deseado con tantas, pero tantas ganas de que llegara el Lunes.

El plan iba a ser sencillo, y es que quería tener una cita con ella. Así que llegue media hora antes al trabajo, y me puse a hacer un lunch para mí ahora futura cita.

—¡Buenos días!– Jimin entra a la cocina mientras se pone el delantal. – ¿Lavaste los platos?–Pregunta sorprendido.

—Así es.– Adorno con frutilla los waffles.

—Ohhh, ¿Me has preparado el desayuno?– Dice divertido.— No debiste molestarte Jinnie.–Trata de robar la frutilla.

—¡Deja eso!– Le doy un manotazo.

—Auch.– Se queja.– Si no es para mí ¿Entonces para quien es?

—No te importa.– Le saco la lengua.

—Ahhh.– Sonríe y se recarga en la mesa.– Para tu novia, ¿Ella vendrá?.–Asiento.

—Estare de nuevo en la caja.– Digo cerrando la cajita de plástico donde van los waffles.

—Bien, ya que Hoseok no ha llegado, me apunto para ser mesero.– Sale de la cocina.

...

El reloj marca las 9:30 de la mañana.

La gente comienza a llegar, y me apresuró preparando las bebidas mientras Hoseok y otro chico traen la comida.

Jimin atiende algunas mesas, y como siempre termina con bastantes propinas y algunos números telefónicos.

Cada vez que la puerta se abre y las campanitas del lugar suenan, no puedo evitar alzar la mirada para corroborar que sea ella. Pero apesar de mis constantes búsquedas ella todavía no llega. Así que recargo la cabeza sobre el mostrador, un poco cansado y dándome por vencido, cierro los ojos mientras dejo que la música del establecimiento llegué a mis odios poniendo atención a cada nota.

Las campanitas del lugar suenan, levanto la mirada rápidamente, con el corazón latiendo frenético.

—No entiendo cual es tu prisa.– Un chico alto de cabello castaño le dice a T/n mientras camina detrás de ella.

—Es que es tarde, y te dije que necesitaba mi café.– T/n le contesta mientras frunce el ceño.

No puedo evitar sentirme algo celoso, ella se acerca a el mostrador y me sonríe dulce.

—Buenos días Jin.

—Usualmente soy yo quien te da los buenos días.– Le sonrió.– ¿Te pongo lo mismo de siempre?

—Un Capuchino también.– Dice el chico, levanto una ceja y observo a T/n después.

—Solo hazlo, viene conmigo.– T/n me pide con ojos de cachorro.

Suspiro pesadamente y me volteo a preparar el capuchino para el tarado que acompaña a T/n, puedo escucharlos desde aquí como hablan animadamente. Una vez termino le pongo la tapa a ambas bebidas y se las entrego.

—Gracias Jin.– Ella le pasa la bebida al tipo y me paga, tomo el dinero y le pasó una bolsita de papel, dentro estaban los waffles.

—¿Desayunaste?.– La veo a los ojos, ella muerde su labio inferior.– Lo sabía, anda lleva esto, es de mi parte.– Asiente.– ¿Estarás ocupada más tarde?

—No lo sé aún, tengo que hacer una presentación.

—Si, T/n y será mejor que nos vayamos ya.– Le dice el chico tomando de su bebida, frunzo el ceño algo irritado por su presencia.

Un café para llevar | Caramelo Macchiato Donde viven las historias. Descúbrelo ahora