Capítulo 13

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Agosto

—¿Sigues hablando con él?.

—Si, de momento no sabe que hacer, está confundido.

—Yo... Tengo miedo, no sabemos que es esa cosa. Parece de película, es antinatural.

—A veces también pienso que debimos haber respirado algún polvo alucinógeno —responde la pelinegra golpeando una piedra de la acera.

Los raspones habían dejado una leve cicatriz blanca y los moratones habían desaparecido.
El pelo negro estaba recogido por la alta y tirante coleta característica.

Ambos jóvenes volvían de comer helado, a pesar de que Stan estaba en contra de volver al pozo, extrañamente no se habían dejado de hablar.

—¿Tú crees que está bien?.

—No, pero tampoco está tan mal como antes.

—Me preocupa...

—Eres un buen amigo, es normal que te preocupes.

—La verdad es que no sé que pensar sobre... Eso. No quiero creer que es verdad, es imposible.

—Yo tam... ¿Ese no es Eddie?.

—¿Qué...? ¿Lleva puesta una escayola?.

—¡Eddie! —grita la pelinegra acercándose.

—¡Vi! ¡Stan!, que susto —dice poniéndose la mano buena en el pecho.

—¿Qué te ha pasado?.

—¿Estás bien? —pregunta Stan llegando al lado de la pelinegra.

—Si, buenno, Bowers me rompió el brazo despues de ir a la farmacia y enterarme de que mis medicamentos son ¿palacebos? —contesta triste.

—¿Mi primo?¿Cómo? ¿Cuándo? ¿Te refieres a placebos? ¿Quién te ha escrito eso?.

—Cálmate, le vas a agobiar —dice Stan apoyando la mano en su hombro.

—Vale, me calmo...—suspira— ¿Henry Bowers? ¿Mi primo?.

—Si..., pero no sólo el, Patrick, Vic, Belchite, Gard... Estaban todos. Salía de comprar de la farmacia.
Bueno, en la farmacia también me ha pasado algo muy raro, El señor Keene me ha llevado a su oficina y me ha explicado eso del placebo. Se comportaba muy extraño y parecía que me quería comer, además cuando salí de su Oficina, Greta no parecía haber oído nada.

—Espera, ¿fué el mismo día? —pregunta Stan.

—Si, y la misma hora. Cuando salí asustado Henry y su pandilla estaba fuera. Intenté correr, pero no sirvió de nada. Me agarraron y me apretaron tanto el brazo que se me ha roto el brazo.
El señor Keene salió ayudar, pero es tan mayor que le asustaron.

—Tan cobarde como su hija —comenta la chica—, ¿quién te ya escrito eso?.

—... Greta.

—Te juro que les doy de palos, a los dos.

—Cálmate.

—Espera..., pensé que Annie estaba a favor de volver al infierno —comenta Eddie como si acabase de descubrir una mina de petróleo.

—Si se lo digo a mi tío, aunque sea indirectamente...

—Bueno, si que piensa que deberíamos bajar, pero no quiere llevarnos a la fuerza. Se puede hablar con ella —explica el de rizos.

—Lo que pasa es que mi tío es demasiado agresivo...

—Aaah, y... ¿Cómo está Bill? —pregunta Eddie.

¿Nueva? Loser's club // Stanley Uris [Pausada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora