Capítulos 15

985 50 3
                                    

—¿Estás seguro?.

—Si.

—¿Quién le tiene miedo a las águilas? —pregunta Ben.

—Yo a los pájaros en general.. —contesta Mike.

—Cuando ví los muertos en la colina, estaba vigilando pájaros... —explica Stan.

—P-p-podemos p-pasar por ot-t-t-tro s-sitio.

—Si me fío de los mapas, no hay otro sitio. Bueno, si que había pero se derrumbó la casa.

—Podemos pasar rápido —sugiere Mike—. Le hemos pillado el truco, hay que ir juntos y no tenerle miedo.

—Y hay q-q-que hacerlo r-r-rápido, B-b-b-Beverly si-si-sigue ahí.

—Entonces, prosigamos —anima Annie.

—Mmmm —recrimina Richi señalando la cinta adhesiva.

—Te soltamos, pero por favor, estate callado. Necesitamos pasar desapercibidos —explica Annie desatándole las manos para que se pudiese quitar la de la boca—, Ahora estas un poco más irritante.

—A la orden mi señora. Solo quiero aligerar el ambiente —dice haciendo el saludo militar.

Annie suspira mientras le revuelve el pelo con la mano.

—Cuidado, me vas a ensuciar el pelo.

—Tienes más suciedad en el pelo que yo en mi mano.

—Vale, tienes razón.

El grupo siguió caminando por las tuberías en dirección a los gritos que se escuchaban a lo lejos.

Llegaron hasta la entrada de lo que parecía ser una caverna, el techo se levantaba por encima de ellos unos cinco metros, y la luz apenas entraba por un pequeño agujero. Apenas visible, un águila del tamaño de un caballo, volaba en círculos.

Al fondo de lo que se puede llamar estancia, se encontraba una puerta. Una puerta marcada con una cruz roja.

—Tenemos que llegar a la puerta —dice Annie asomándose más.

—¿Qué puerta? —pregunta Stan—, y ten cuidado, te vas a caer.

—La de la cruz roja, parece marcada. Seguro que eso nos conduce a su guarida o donde sea que viva ESO.

—Veo una puerta, pero solo hay una cara dibujada. Que miedo.

—¿Una cara?.

La pelinegra se volvió a asomar, el águila volaba cada vez más cerca. Seguramente ya les habría visto, pero tendría que esperar a que saliesen, no entra por los pequeños túneles.

Annie se fijó bien, pero solo había una puerta, no debía haber confusiones, sin embargo ella veía una cruz. Grande y roja que atravesaba la madera diagonalmente.

—Pues yo no veo ni lo uno ni lo otro, poneros gafas —explica Richie apartando a Eddie y Annie para poder ver.

—Lo dice el culo vaso.

—Por eso lo veo mejor que vosotros.

—Ahora l-l-lo import-t-tante es e-e-e-entar ahí y e-encont-trar a Beverly.

—El águila es muy grande, no es normal.

La voz de Ben queda colapsada por el sonido de tuberías cayendo que suenan por detrás de los chicos.

—No, no, no, no, ¡NO!. Ya tenemos suficiente —exclama Eddie asustado.

—C-c-calma, p-puede que s-s-s-solo haya sid-do algo c-c-c-c-cayéndose. L-las tuberías son m-m-muy viejas.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jun 07, 2020 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

¿Nueva? Loser's club // Stanley Uris [Pausada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora