𝙰𝚗𝚊𝚝𝚊 𝚃𝚘 𝚆𝚊𝚝𝚊𝚜𝚑𝚒𝚍𝚊𝚔𝚎 [𝚆𝚒𝚕𝚕𝚐𝚊𝚗]

°Capítulo 20 FINAL°

/Reproducir cuándo lo desees/

Se alejó del borde del risco, y se sentó bajó un árbol.

De detrás de la arboleda, salió su albino favorito.

- ¡Fargan!
- ¿W-willy?
- Fargan... ¿Qué hacías aquí? Dime que no lo ibas a hacer, por favor.

Y el contrario bajó la mirada, viendo sus manos temblorosas. Dándole una clara respuesta al de boina.

- David, dime que te pasa, y juró que trataré de ayudarte, para que nunca vuelvas a pensar en el suicidio de nuevo.

Y en ese momento el de cabellos blacos cayó en cuenta de que era el mismo risco de su pesadilla. Y se asustó. Porqué en su pesadilla David saltaba. Pero, ¿fuera de ella? ¿saltaria también? No lo sabía. El no predecía el futuro. Solo es una coincidencia, ¿verdad?

- Willy, tú no puedes ayudarme.
- ¿P-por qué? Soy tú mejor amigo.
- Ese es el problema. Eres mí mejor amigo. Yo no te quiero como mejor amigo.
- ¿Q-qué?
- Guillermo, ya lo dije muchas veces. Te amo. No quiero que seas mi mejor amigo, quiero que seas mi novio. Pero amas a Vegetta, y esta perfecto.
- D-david... Yo...

El de máscara se levantó de dónde estaba sentado, y se acercó a Willy. Con su atenta mirada en todo momento. Y se puso frente a el, a unos cuantos centímetros nada más.

- Lo necesitó Guillermo... Te necesitó... Perdón.

Y lo besó. Sin importante el mundo exterior, o lo que el otro haría. Sin importante que fuese el novio de su amigo. Sin importarle lo que pasaría después. Pero ¿quien era el que había seguido a Willy porque lo estaba buscando, hasta el risco?

- ¿W-willy?

Y se separaron rápidamente.

- ¿Por qué no me dijiste que no me amabas?
- ¡Samuel! Te juró que no es así. Yo np hice nada...
- Adiós Guillermo. No me vuelvas a hablar. Y tú David, ya no eres nada mío. Me retiró.

Se fue, con lágrimas en aus ojos, y una decepción en su corazón. Nunca pensó que a lo que le tenía tanto miedo, algún día sucedería. Nunca vio a Guillermo o a David como personas traicioneras... Pero las apariencias engañan...

- G-guillermo yo... Lo siento mucho...

Se acercó para abrazarlo, pero antes de hacerlo el contrario se dio medía vuelta. Con el rostro lleno de lágrimas y gritó.

- ¡¡NO ME VUELVAS A TOCAR!!

Corrió, tras la persona que ah amado durante años. Dejando solo al otro, con un gran dolor en el pecho, por solo esas cinco palabras...

- ¡SAMUEL! ¡¡POR FAVOR!! ¡DÉJAME EXPLICAR!

El otro se dio vuelta, se quedó quieto, y cuándo el albino esta frente a el, le dijo.

- No hay nada que explicar. No creí que fueras esa clase de persona Guillermo. No me vuelvas a hablar dn la vida, ni tú ni tú "Nuevo noviesito", ¿entendido?
- Pero Samuel, el me besó, yo no lo besé.
- ¿Y por qué no lo apartaste?
- No pude, estaba en shock...
- Si claro Guillermo. Ve con tus mentiras a quién se las crea, porque yo no las creó ya. Adiós.

Y otra vez corrió, buscando refugió en su mansión. Solo, sin nadie ahora.

Cuándo llegó, se encerró en su habitación a llorar. Como cuándo pensó mal de su ahora, ex pareja. Y lloró tanto, tanto. Y no solo lloró, también gritó, rompió, desgarro todo lo que vio. Luego se acostó, quedandose dormido, con lágrimas cayendo de sus ojos amatistas. Ahora sin su hermoso brillo característico.