De máscaras, sombras y engaños... "Bienvenidos al Hotel Zeus"
El hotel Zeus, es el más prestigioso hotel 5 estrellas del país, solo accesible para la élite, es inmenso, excesivamente caro y muy lujoso, una perfecta y embriagadora combinación de poder, glamour y derroche.
La colección de autos caros y últimos modelos de prestigiosas marcas hacían fila en su entrada, desde limocinas hasta Ferraris, desde expresidentes hasta jóvenes magnates, el hotel los recibía a todos.
La música era de orquesta, suave, pero no aburrida, y los vaporosos vestidos de gala se movían al son de los pasos de las bailarinas en una danza de brillos y colores.
Había jóvenes realizando diversas contorsiones colgando de aros peligrosamente altos y malabaristas jugando con fuego. Había diversos juegos de mesa esparcidos por el salón como en el mejor casino de las Vegas, solo que entre el vicio y la lujuria el sutil glamur y el lujo que desprendían hacian el conjunto sublime y embriagador. Una combinación mortal para los ojos inexpertos que se dejaban maravillar por la opulencia del lugar.
Sonreí, el lujo y el placer eran el afrodisíaco perfecto para que muchos se dejaran ir, maravillados por el éxtasis del momento. Pero no era mi caso, y no es porque fuera completamente inmune a ello, o porque el vicio y el pecado del lugar no fueran una agradable tentación, era porque tenía cosas mucho más importantes que hacer.
Mientras paseaba por el lugar reconocí algunos rostros a través de las máscaras que todos usábamos algunos para cubrir su verdadera identidad, otros para enmascarar sus propósitos y otros como mero accesorio de moda a juego con el traje o el vestido.
Las máscaras... sabía de sobra lo peligrosas que eran las personas que podían portarlas y lo mucho se podía esconder detrás de una.
Adriana Diácono estaba junto a su nuevo esposo Donatelo Da Silva, sonreía angelicalmete mientras degustaba un Dry Martini, parecía la esposa perfecta, de ojos verdes y cabellos rubios, con una sonrisa de dientes blancos y labios voluptuosos, era toda una preciosidad. Tenía un aire de inocencia mezclado con lujuria que hacia difícil a los hombres resistirse. Con curvas en los lugares justos, joven y con un porte de reina, era la compañera perfecta para cualquier magnate, si es que este sobrevivía más de un año. Adriana era una experta asesina, muy buena a pesar de solo tener 22 años. Su especialidad era el sutil campo de los venenos. La chica era mortal, pero aún así los hombres seguían callando como moscas, pensando que alguno de ellos lograría hacerse con su corazón. Ilusos.
Me encaminé hacia Adriana y le sonreí, despojandome de mi mascara. En cuento me reconoció caminó hacia mi con los ojos llorosos. Adriana solía cuidar de Abby cuando eramos niñas.
- Cariño, ¿cómo lo llevas? - Dijo al tiempo que nos fundiamos en un abrazo
- Lo llevo- Exclamé rehusándome a mirarla, ella me conocía demasiado bien
- Siento mucho lo que pasó, desearía poder decir algo más, pero en el fondo no hay más que pueda hacer para aliviar tu carga que no sea decirte que estoy aquí para ti - Dijo mirándome a los ojos.
- Lo sé Dri, lo sé - Forcé una sonrisa y me aleje un poco saliéndo de su abrazo.
- ¿Puedo preguntar que haces en esta fiesta? - Dijo mientras componía una de sus sonrisas estudiadas
- Fui invitada - Solté con el tono más indiferente que pude componer
- No sabía que tuvieras tan buenas relaciones con la élite, fui testigo de lo mucho que tu madre se ha distanciado de este mundo en los últimos años - Dijo estudiándome
- Soy compañera de aula del Ethan Black - Repuse encogiéndome de hombros, en un intento de dejar por zanjado el asunto.
- Así que estás metida en rollos con los hermanos Black - Dijo en tono acusador - No sabes a lo que te enfrentas Ali, estos chicos son diferentes, no se parecen a ninguno que hallamos visto antes, llevo desde que llegaron aquí estudíandolos, son perversos, peligrosos, sus métodos son despiadados y hasta hora siempre ha conseguido lo que han querido -
- Dri ellos tienen algo que ver con lo de Abby - sicié por lo bajo
- Te has vuelto loca Alisson - Me espetó Adrina con dureza- Cómo se te ocurre hacer semejante afirmación. Te estás poniendo una puta diana en el cuello del tamaño del Empaire Estate. -
- Lo sé y asumiré cada una de las consecuencias- La encaré mirándola a los hojos - Lo intenté Dri, joder lo intenté, pero no soy capaz de vivir con ello- Dije perdiendo la voz, le había hecho una promesa a Abby y la mantendría a como diera lugar.
- Sabes a lo que te expones y a quienes expones, estás segura que eres capaz de vivir con ello cuando esta mierda te estalle en la cara, y creeme, lo hará-
Asentí sin vacilar.De pronto la música cesó, y las luces y los aplausos le dieron la bienvenida a los anfitriones de la noche.
Por la escalera principal decendió la élite del San Alejandro. Primero fue Valentino sonriendo como solo alguien seguro del efecto que causa en la gente puede hacerlo, estaba impresionante vestido de negro, le seguía Sebastián con un traje color marfil que transmitía paz y un perfecto autocontrol. Eran los opuestos perfectos. Los últimos en descender fueron los hermanos Black. Angélica iba del brazo de su hermano. Llevaba un vestido de color negro, a juego con el tono de su cabello, lo que hacia resaltar más su piel y el tono de sus ojos, con escote lo suficientemente bajo como para que muchos se perdieran en el. Su hermano también vestía de negro, y transmitía una frialdad en su porte que imponía mucho. Sus ojos se pasearon por el lugar sin detenerse en un punto preciso, para luego fijar la vista en un punto a lo lejos.
La tensión contenida en el aire se hacía latente. Un escalofrío estremeció mi cuerpo. Dri tenía razón, no debía subestimarlos, esos chicos eran peligrosos.
-Bienvenidos- dijo entonces Valentino, saludando a los presentes, alzó su copa y sonrío peligrosamente.
- Que comience el juego- exclamó con una voz ronca y seductora, al tiempo que la élite se colocaba sus máscaras.
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Just Secrets
Teen FictionJust Secrets Mafia, amistad, muerte, venganza, amor, traición, mentiras, ese es mi mundo, esos son mis secretos... Estoy más que segura que todos están esperando la típica historia romántica, en la que la chica buena es salvada por el chico bueno pe...