Capítulo 4

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El secreto del Ángel 1

Sus ojos azules me observaban fijamente y me quedé sin respirar, podría perderme en la profundidad de esos ojos. Decir que eran hermosos casi parecía una ofensa, eran maravillosos, sublimes y preciosos, pero tan fríos. Ethan apartó la vista y miró directamente hacia la pizarra y yo hice lo propio, no despegué los ojos del profesor en lo que quedó de turno. Apenas finalizó la clase, Black se largó con su grupo y yo me quedé clavada en el asiento por unos instantes procesando lo que había pasado, luego fui a la cafetería. El SA* tenía una lujosa cafetería, con mesas amplias y múltiples bebederos y máquinas expendedoras. Todo se encontraba limpio y perfectamente organizado. En el centro había una tienda con forma de isla donde se vendía comida rápida, helados y demás alimentos de simple elaboración. En cuanto llegué pedí un batido de fresas y unas galletitas de chocolate. Cuando tuve mi pedido me senté en una de las mesas más apartadas, que quedaba junto a una de las ventanas laterales. Desde ahí pude ver a la elite del San Alejandro reunida. Valentino estaba sentado junto a Sebastian, el Ángel estaba situada al lado de su hermano en el otro extremo de la mesa, y alrededor varios chicos pululaban dirigiéndose a ellos en contadas ocasiones. Comprobé mi horario, tenía Filosofía y el profesor no había llegado aún, así que decidí escabullirme para visitar la morgue y regresar a tiempo para la clase de Literatura, mi preferida. Con sigilo me levanté y caminé hacia las puertas del colegio. Logré burlar con éxito a los guardias, y me coloqué la capucha del abrigo que había cogido en último momento para que no me reconocieran las cámaras de seguridad. El viaje hacia la morgue ocurrió sin complicaciones, pero una vez que llegué todo el asunto se tornó un tanto más complejo. Aparte de todo lo terrorífico del lugar, tenía que encontrar el acta de defunción de Abby. Con la cabeza dándome vueltas y la bilis empujando en mi garganta, logré pasar desapercibida por los médicos forenses, después de todo, nadie prestaba demasiada atención a los muertos y no recibían muchas visitas por ahí. Aprovechando un momento de distracción logré llegar a donde los archivos, y me puse a hurgar hasta que di con el acta de defunción de Abigaill. Tomé los papeles y los coloqué dentro de mi abrigo y me dispuse a salir a toda pastilla de ese lugar. Pero de momento me detuve, hubiera jurado oír el nombre de Abby, eso no podía ser una simple coincidencia, me incline un poco y logré escuchar una parte de la conversación
- ... Morganster, si, no entendí que estaba buscando ese joven-

- ¿Vos no le habrás dado el celular que encontraste en el cadáver verdad?-

- Claro que no, la señorita dio órdenes claras, nadie puede tener acceso a él excepto ella.

Mierda, mierda, mierda, en el estante superior, justo al lado de donde se hallaban los forenses, se encontraba el celular de Abby. Miles de preguntas se aglomeraron en mi mente, pero una se abrió paso,
-¿cómo me hacia con ese celular?-

Hola a todos, he estado un poco liada con las clases, dentro de 2 meses hago las pruebas para entrar en la universidad, por eso no he estado publicando. Espero que les halla gustado. Quería disculparme por que estuve revisando las publicaciones y encontré varios errores, prometo que en cuanto termine la novela la voy a editar. También quería darle las gracias a Hana, del blog " The Diary of Books " por sus geniales consejos, no estaría escribiendo si no fuera por ti.

Y a ti, gracias por leerme, con mucho amor

A.

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