12. Problemas de confianza

129 20 10
                                    


Dos semanas habían pasado desde su discusión, dos increíbles e interminables semanas, en las que no conversaban mas que para lo extrictamente necesario, como era en el trabajo o para ver quien realizaría las compras para casa. La situación era tensa, Tony lo sabia, lo sentía, realmente lo sufria; pero no debía dar su brazo a torcer, no aunque cada noche escuchara a Peter sollozar su nombre en el dormitorio que no hacia tanto habían compartido; se lo había cedido porque se preocupaba por el muchacho y quería que descansara bien, eso no era un secreto para sí mismo.

Peter apenas ve que a Tony le afecte, puesto que esta demasiado sumido en su propio dolor, pero no le guarda nada mas que un leve resentimiento, porque cree que no se da cuenta de cuanto lo quiere y necesita. Debido a ese amor que le procesa ha seguido entregando paquetes de dudoso contenido en los momentos que Tony ha tenido que estar fuera por algunas horas y también en alguna noche que ha podido escaparse.

Cree que si sigue asi podrá pagar rápidamente la deuda que Tony tiene con esos sujetos, que por fin podrá ser libre y vivir una vida con las preocupaciones normales del día a día.

Tambien ha estado encontrándose casualmente con William, antes o después de alguna entrega. El joven piensa que ese hombre bien trajeado podría vivir o trabajar no muy lejos de allí, ya que sus encuentros se hacen más frecuente. El tipo es amable y hablan brevemente de cualquier cosa trivial, esto debería hacer que piense menos en todo el asunto de Stark y que le preocupe menos, sin embargo ni aun así puede dejar de darle vueltas a la cabeza.

Aun se pregunta si quizás Tony de verdad aun tenía un lio amoroso con la mujer que vio, quizás realmente estaba preocupado por ir a prisión por estar con él, y aunque quisiera hablar de todo esto con alguien y poder desahogarse, no podía decirle al señor William, que a pesar de todo era un desconocido al fin y al cabo; nada cercano a él.

Los días pasaban largos, aburridos, angustiantes..., sin duda el silencio y el frio de su piel ante la lejanía del mecánico le hacían sufrir, pero por supuesto que Tony estaba sintiéndolo también, pero no pude ceder a sus instintos.

La noche anterior los había notado..., mientras cenaban no perdía detalle de ninguno de los movimientos de su chico, si...aun lo consideraba así por más que le pesase. Miraba el movimiento tranquilo y pesado de sus manos, su mirada hacia el plato casi cubierta por aquellas largas pestañas, las mejillas algo rojas por el frio que había pasado anteriormente en la calle cuando se dirigía de vuelta a casa, y esos labios...esos perfectos, rosados y pequeños labios que le tentaban a morderlos y chuparlos con ansia animal. Todo aquello le estaba poniendo más, la verdad es que Peter al verle observarle así y comer tan rápido pensó que estaba enojado y que quería acabar aquella silenciosa compañía cuanto antes.

Y por supuesto el momento en el que intentaba dormir en el sofá era aún peor, entre la incomodidad y las ansias por asaltar a la pequeña bolita sollozante que había en su habitación. Arrancarle la ropa y hacerle llorar por otras cuestiones serian aún mejor. Pensar así le hizo dudar de su propia moral, pero ya era muy tarde para cuestionar eso cuando estaba completamente hundido por aquel chico.

Esa mañana, Peter había salido a comprar algunas cosas para comer, junto con algún material fácil de encontrar en alguna ferretería, por lo que Tony pudo respirar tranquilo unos momentos sin sentirse tan mal como cuando está al lado de la tentación. Pero su relativa tranquilidad no dura mucho, cuando en el taller aparece como siempre Georg, con esa sonrisita que le gustaría tumbar de un puñetazo.

-Vaya, ¿No está el niño contigo?- da una calada a su cigarrillo, irritando mas al mecánico

-No es asunto tuyo...-

-Bueno, pero tuyo si, ¿No?, lo he visto al venir aquí-

-¿Y qué?- resopla con molestia- ha ido hacer un recado, no lo tengo en una jaula, ¿Sabes?-

-Quizás es por eso que aprovecha para coquetear con otro tío en la calle-

Las palabras de Georg resonaron en los oídos de Tony, que se movió rápido hasta el sujeto para agarrarlo de forma amenazante del cuello de la camisa.

-¡¿Qué mierda estás hablando rata embustera?!-

-Calma viejo- George se queja pues el otro casi le ahoga con eso – solo digo que he visto a tu chico hablando muy simpático en la calle con un ricachón-

-Él...puede hablar con quien quiera, solo es agradable con la gente- dice entre dientes

-No suenas muy seguro amigo-

Aquello le dejo en silencio, pensando en su Peter siendo demasiado agradable con otro hombre, hasta el punto de sonreírle de forma especial, de dejar que se acerque demasiado, de endulzar aún más su voz...

-Perdona... ¿Me sueltas?, esta camisa es cara-

Frunce el ceño y empuja a Georg con molestia – sino has venido para nada más que joder, vete a tomar por culo de una maldita vez-

-Tranquilo- termina su cigarrillo y lo apaga con el pie en el suelo del taller antes de salir, pasando junto a Peter que justo llegaba y sonriéndole de forma extraña, confundiendo al chico.

Tony le mira atentamente, serio, a tranquilidad no es precisamente lo que reina en su rostro. Mira la hora que es, ya casi se hará noche, por lo que le hace un gesto de que cerraran, por lo que Peter sube al apartamento y poco después sube el azabache cerrando de un portazo tras de sí, asustando al muchacho que se gira para mirarle confundido.

-¿Dónde has estado...?-

-Comprando...tú lo sabes- su confusión solo logra hacerse mayor.

-He oído que has estado con un tipo en la calle- se acerca de forma lenta y peligrosa, asustando un poco a Peter - ¿Con quién?-

- Es un conocido...-

-¡No me mientas a la cara! ¡Es tu amante!- la voz que se alza solo logra hacerle temblar.

-¡No! ¡¿Por qué tendría un amante cuando te quiero a....?!-

-¡¿A mí?!- interrumpe el mayor furioso- precisamente porque ya no tenemos nada vas a zorrear con el primer bolsillo de billetes andante que encuentras por la calle-

La bofetada que Peter le proporcionó a Tony por sus palabras resonó en todo el salón; el muchacho temblaba con los ojos aguados por la tristeza y decepción e sus palabras. Tony le mira con frialdad.

-Nunca debió pasar nada entre nosotros, planeo llamar al orfanato en cuanto se me ocurra que decirles para que vuelvas allí- se aleja del muchacho quien esta pálido y aterrado por sus palabras.

-¡No Tony!, ¡Espera!, ¡No al orfanato!, ¡Deja que junte algo de dinero y me iré!, ¡Por favor Tony...!-


Siento tanto la espera que algunos han guardado a esta historia y agradezco quien aun se interese en ella, ya que se acerca el final. Estos días están siendo difíciles para mucha gente y espero que estén cuidándose y guardando cuarentena si en sus países esta esta impuesta.

Voy a tratar de aprovechar estos días que sin duda serán largos para escribir mas seguido, terminar este fic y empezar otros proyectos que llevo pensando en ellos hace un año.

Si queréis comunicaros conmigo por algún motivo sobre las historias u otros temas no dudéis en escribir al perfil. Pensaba abrir una red social referente a esta cuenta para quien quisiera comunicarse conmigo, pero no se si sería buena idea.

Espero que disfrutaran de este pequeño capitulo, nos vemos en los siguientes y gran abrazo para todos.

Engranajes [Starker]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora