El impacto fue tan fuerte que los cables se le cruzaron y no podía articular palabra alguna así que asintió rápidamente con la cabeza, temiendo que el pelinegro se desesperara y se fuera.
- Quiero dos capuchinos medianos y un pay de limón - su voz sonaba tan bien, era grave y sumamente profunda, tan varonil que le ponía la piel de gallina cada que decía una palabra -
El pelinegro alza la vista con una ceja alzada al ver que el de cabellos largos no le decía la cantidad a pagar, esto comenzaba a irritarlo.
- Eh.. si bueno.. quiero decir que serían 850 yenes - dice abochornado y estaba seguro que no hacía ni una pizca de calor ese día -
Este asiente y saca de su billetera la cantidad, extendiéndosela por encima del mostrador, Itachi haciendo un esfuerzo inhumano por no temblar coge el dinero y suelta un pequeño suspiro imperceptible para los demás cuando sus dedos se rozan en el intercambio, rápidamente saca su cambio y se lo entrega, no quería delatarse completamente.
Una vez terminada la compra se mete velozmente a preparar el pedido, saca del refrigerador una pieza de tarta de limón previamente empaquetada y espera a que la maquina de café termine su función. Se recarga en la pared y cierra los ojos, eso había sido muy extraño.
Su cuerpo no dejaba de temblar y las manos las sentía mojadas por más que las restregara en el mandil parecían seguir sudando, ninguno de sus compañeros de trabajo e incluso el mismo Danzo debían verlo así, tenía que calmarse o algo malo sucedería.
Cuando por fin la maquina termina el pedido lo lleva en una charola junto a la porción de pay al mostrador, levanta la vista por la barra al no ver al pelinegro ¿Se habrá ido? ¿Se habrá cansado de esperarle? pero si no había tardado mucho.... ¿cierto?
Se muerde el labio inferior con cierta angustia, si Danzo llegaba a enterarse que por su incompetencia perdió a uno de sus clientes seguramente lo echaría a patadas del local, no quería tener que volver a buscar trabajo, no era que ese le encantara pero era el que más cerca le quedaba de su casa y escuela, no podía perderlo.
Sale del mostrador con un trapo haciendo ilusión de que estaba limpiando la barra mientras echaba ligeras ojeadas a su alrededor para ver si milagrosamente el pelinegro no se había ido. Cuando ya estaba resignado a que se había retirado sus ojos enfocan su cabellera alborotada en la pequeña mesa del fondo pero... no estaba solo. Una hermosa rubia de grandes curvas estaba sentada frente a él mientras tomaba el dorso de su mano y le sonreía gentilmente ante la mirada pacifica de Shisui.
No sabe quién es ella, tampoco es que conozca de toda una vida a ese chico, apenas llego a tener dos que tres palabras desde que le vio pero eso no evito que el temblor en su cuerpo parara y que el brillo de sus ojos se esfumara por un aire de decepción.
Seguramente sería su novia, lo cual tendría mucho sentido, que chico tan apuesto se encontraría soltero y más con lo último que le contó Deidara de que Shisui era un músico al parecer cotizado de ese momento. Vaya tonto que se vio al suponer lo contrario.
Aprieta los labios bajando la mirada avergonzado
- ¿Quieres que entregue esto por ti, Itachi? - dice Izumi a sus espaldas, refiriéndose a la charola que dejo en el mostrador -
- Muchas gracias, Izumi - susurra y vuelve a meterse tras el mostrador ante la mirada confusa de su compañera.
Gruñe enfurecido cuando unas inquietantes manos retiran las sabanas que le mantenían caliente en esa helada mañana, no tenía ni la más mínima intención de levantarse y mucho menos para semejante ridiculez.
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Melodías a tu nombre (ShiIta)
FanfictionItachi siempre ha sido complaciente con toda la gente, aún cuando él no sea feliz, siempre sonriente, siempre educado como todo buen doncel. Y no es hasta que conoce a Shisui que su perspectiva de la vida cambia, cuando esos acordes y esa voz van di...