Capítulo 8

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Mira el reloj de pulsera y no puede evitar bufar entre cansado y molesto, llevaba media hora desde que el rubio había entrado a consulta y no parecía que terminaría pronto, además de su malestar por no haber dejado que él entrara para escuchar cualquier cosa que dijera la doctora. No podía evitar que el sentimiento de angustia y terror le invadieran, las manos le sudaban cada dos segundos que por más que las restregaba en el pantalón no paraba el sudor. Mira la sala de espera, hay ya varias personas en fila detrás de él, muchos de ellos solos y una que otra pareja que seguramente estarían en las mismas condiciones que él y su amigo pero con la diferencia de que lo más probable es que esas personas si lo hubiesen planificado y no fuese un error por pasarse de copas. 

Se restriega la mano por la cara con desesperación, había sido un completo idiota, si antes no tenía posibilidades de estar con Itachi, ahora con esto mucho menos. Se riñe a sí mismo, si los exámenes daban positivo estaría en grandes problemas, no solo por los padres del rubio sino por los suyos, seguramente le echarían a la calle.  

Carajo, es que no puedo hacer nada bien piensa con furia, queriendo golpearse contra una de las paredes del hospital. 

- Bien Deidara, entonces te veré acá el fin de semana para los resultados - escucha la voz de la doctora y el abrir de la puerta que hacen que de inmediato se ponga de pie con los nervios de punta - 

- Si, está bien por acá estaré - responde con algo de pena, despidiéndose de la doctora Haruno - 

- ¿Y bien? ¿Que te dijo? - cuestiona el azulado en cuanto salen del hospital - 

- El fin de semana me darán los resultados - 

- Pero... ¿No puede decírtelo ahora mismo? vamos que solo es una prueba de embarazo, no encuentro mayor complejidad - 

- No soy la única persona que atenderán este día, Kisame - le ve con el ceño fruncido - además aún tenemos que ver la forma de decirle a mis padres en caso de que salga positivo - 

- Bueno yo prefiero pensar que saldrá negativo y así nos ahorramos organizar mi sepelio - 

Sabe que la situación es critica pero eso no impiden al rubio soltar una ligera risa por el comentario del azulado

- No entiendo a que viene la risa, estamos en un momento serio - reprende cruzándose de brazos - 

- ¿Te quieres relajar? no eres él único metido en problemas, te voy recordando - ahora es el rubio que comenzaba a irritarse con la actitud de su amigo - si Sasori se entera de esto me va a matar - comienza a maquilar las mil y un formas en las que su pareja lo va a torturar hasta morir - bueno primero te mata a ti, claro está - menciona como si fuese lo más lógico del mundo - 

El azulado pone los ojos en blanco mientras se empieza a alejar del rubio, si que tenía mucho en que pensar

- ¡Hey idiota, espérame! - ignora los alaridos del ojiazul, caminando absorto de la realidad, dejando que los miles de pensamientos que le revolotean por la cabeza le consuman en una espiral de angustia interminable. 





Había perdido la noción del tiempo desde que vio los ojos carmesí entrar al restaurante en el que le cito que para sorpresa suya lucía extremadamente caro y que solo gente de la alta podría darse ese lujo, cuando llego tuvo que dar su nombre y para su felicidad se encontró que Shisui había reservado una zona exclusiva en la que solo estarían ambos. 

Melodías a tu nombre (ShiIta)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora