III

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EMMA

Me fui a casa con la cabeza dando vueltas, como puede haber pasado eso, no lo entiendo.

Un par de veces a la semana lo visitaba, hablaba con la madre y me fui haciendo parte de su proceso. Decían los médicos que iba avanzando, teniendo más reacción pero no sabían cuándo despertaría.

Era miércoles, salía de la universidad cuando lo vi, sentado en el suelo, esperándome.
No sabía si era mi imaginación o se había recuperado. Ya no sabía nada.

-¿Liam?
-Ven sígueme a la plaza. Allí te contaré todo.

Lo seguí a pesar de mi confusión.

-Me puedes decir si eres real, si estoy loca, te mejoraste o eres un fantasma.
-No se porque pero solo tú me escuchas y me puedes ver. Se que estoy en coma, me vi allí, en la cama del hospital, vi a mi madre llorando, te he visto ir a visitarme.
-No se que decir, te juro que no me creo nada.- me puse los audífonos para que pensaran estaba hablando por llamada.
-Cuando ocurrió el accidente, iba pensando en ti y en qué te conocí un día lluvioso como aquel. Luego desperté o eso creí, estaba en el hospital, me percaté que nadie más me veía y realmente estaba confundido. Soy una especie de fantasma, aunque no he muerto, estuve una semana buscando respuesta, veía como mis amigos y familiares me iban a ver y yo sin poder hacer nada. Hasta que te vine a ver. Por algún motivo tú me viste, pero me asuste y huí. Al día siguiente volví y fuiste decidida, me seguiste. No podía explicarte lo que estaba pasando, no lo hubieses entendido.
-Sigo sin entenderlo, ¿porque yo?
-No se porque solo tú puedes verme. Pero se que me mantienes vivo. Mi corazón aún late y es por ti, ese día no mentí cuando lo dije.
-Liam, eres capaz de entender lo que está pasando, eres un puto fantasma. Me siento como una loca. No creía en estas cosas pero te fui a ver y estabas en el hospital, yo misma te vi.
-Emma, lamentó esto, tampoco lo esperaba, imagínate la impotencia que le da no poder reaccionar del coma.
-Liam, dime ¿por qué crees que que tú corazón aún late y es por mi?
-Me tengo que ir, cuando vayas a verme al hospital, porfavor tócame la mano. Quiero saber si te puedo sentir. Adiós.
-No me puedes dejar así...

Se marchó.
Otra vez.

LIAM

Desde aquel accidente mi vida cambió, ya no soy el mismo.
De hecho, soy dos mitades, una real y otra que no sé realmente lo que es.
Lo curioso es que sólo Emma puede verme, que tiene ella que ver con esto.

¿Será que por ella sigo vivo?

Quizá nuestra historia quedó pendiente y esta es una posibilidad de vivirla. Aunque sea a medias.

Mi presencia la confundía, y a quien no. No se si alejarme de su vida o no. Aunque dudo quede tranquila con su determinación. Buscará la manera de encontrarme, yo lo sé.

Antes de marcharme, le pedí que tocara mi mano la próxima vez que fuera al hospital, lamentablemente no sentí nada. Estoy muerto por fuera, pero mi corazón sigue latiendo.

Cuando fui a verla a la universidad no la encontré, me dirigí a la plaza en la que conversamos por última vez y allí estaba sentada, como esperando algo o a alguien.
La espié lo suficientemente escondido para que no me viera pero si podía escucharla.

-Ay Liam yo sé que en algún momento volverás aquí. Tengo tanto que preguntarte...
-Te responderé solo lo suficiente para que quedes tranquila.- aparecí detrás de ella y dio un salto del susto.
-Ademas de ser fantasma ahora asustas.
-Lo siento, no quiero ser un problema para ti.
-Dime porque estás aquí.
-Quería verte.
-¿Por que?
-Porque noto tu preocupación, porque no dejo de pensar en ti y porque...
-Porque que.
-Porque me gustas.
-Te das cuenta en la posición en la que estamos, tu cuerpo está en coma.
-Lo se pero no puedo negar mis sentimientos por ti. Quizá eso me quedo pendiente, quizá debía decirlo de antes.
-Liam, yo, no sé qué decir.
-No es necesario que digas nada. Solo...- comencé a sentirme extraño.
-Liam ¿que te pasa?
-Creo que es hora de irme.
-Pero nunca te dije que...

EMMA

No entiendo que le pasó.
Porque se fue de la nada.
Desapareció.

A la salida fui al hospital y me contaron la horrible noticia, Liam, había muerto.
Su corazón dejó de latir y al morir su cuerpo,
su alma desapareció.

La Chica del CaféDonde viven las historias. Descúbrelo ahora